¡ MALDICIÓN ! LO SABÍA

Volverás conmigo.

Esa afirmación fue un golpe bajo lo aceptaba, pero no sería nada dulce con el hombre que le reprochaba, era claro que Tomoko aun lo amaba... pero aun habían heridas expuestas a las que prefería mantener bajo venda.

—No te reprocho nada si eso estas pensando...YO fui la que decidió hacer una nueva vida, no por ti, ni por mí, sino por ese pequeño al que hoy deshonraste—... Tomoko suspiro cansinamente —Por última vez te pido que te vayas y no regreses por favor, prefiero morirme antes de volver contigo.

—Quiero enmendar mis errores.

—Es muy tarde para eso.

—Joder te pido solo una oportunidad— Tomoko se alejó de su hermano y él en un arrebato de impulsividad. Rodeo el pequeño cuerpo de su hermana entre sus brazos hundió su cabeza en el cuello de la chica inhalando su aroma, Tomoko quiso separarse iba a hacerlo pero él intensifico su agarre de pronto noto como su hermano se contraía y su respiración se tornaba irregular, ella respiro profundamente, mordió su labio inferior con fuerza y pestañeaba incesantemente para controlar las lágrimas... pero no aguanto e igual que su hermano dejo que las lágrimas surcaran su rostro empañándolo por completo, no devolvió el abrazo solo se quedó ahí parada llorando en silencio, escuchando los débiles sollozos de Tomoki... escuchando esa voz temblorosa pedirle perdón una y otra vez... decirle lo tonto que fue... que la Amaba solo a ella... Tenerlo en ese estado de completa vulnerabilidad era una tortura para ella, pero no quería repetir sus errores pasados, hizo de tripas corazón... luego de un rato en ese estado Tomoki levanto el rostro lentamente y la miro fijamente a los ojos, con sus pulgares limpio algunos de los rastros salinos en los orbes de su hermana, se veía tan bella, delineaba con su mirar cada pequeño rasgo cambiado por los años, se detuvo en sus labios observando como esa pequeña manía de reprimir su dolor no había cambiado, con su mano izquierda acaricio la pequeña herida que la chica se había provocado, algo en su interior se removió, se acercó con cautela para besar esos labios tan suyos en un pasado lejano y así lo hizo, probo una vez más el dulce néctar que había anhelado por tantos años, revivió cada momento que había sido el único poseedor de ese tesoro, el deseo comenzó a invadirlo dejo sus labios y trazo un camino de besos por su rostro, mordió su lóbulo derecho, luego bajo por su cuello y se detuvo un momento para saborearlo... para sentir de nuevo que esa tersa piel aun guardaba su nombre, dio unos pequeños mordiscos y condujo a su hermana entre besos y caricias a la pared cercana, comenzó a acariciar su cuerpo sobre la fina tela sintiendo que con cada roce se quemaba de placer, una electricidad lo recorría por completo, de nuevo se sentía vivo, comenzó a desabotonar con aprisa la camisa de su hermana y delineo con sus dedos el camino que ya conocía de memoria, con una de sus manos atrapo el pequeño seno de su hermana sobre el sujetador besando aun su clavícula, todo parecía tan perfecto hasta que se dio cuenta de un pequeño detalle, se paró en seco y miro a la chica que tenía frente a él

—Si ya terminaste te puedes marchar— le dijo Tomoko con una sonrisa de soslayo y Tomoki cayó en cuenta de su estupidez, era cierto... estaba tan en su mundo que no se percató que en ningún momento Tomoko correspondió a sus caricias, era definitivamente este el final, de verdad no volvería a estar nunca más con la mujer que amaba sin que esta se comportara como una muñeca sin vida.

—Volverás algún día conmigo.

—Tú que crees— Tomoki se había marchado con un rostro insatisfecho y ella nunca más volvió a saber de él, por su parte Tomoki se había divorciado de Yuu, y todas las noches se culpaba de su infelicidad maldiciendo por lo alto, cada vez se veía envuelto en peleas callejeras o discusiones de borrachos vivía solo por inercia, hasta que un día se dio cuenta que de nada le servía adoptar esa actitud... que idiota desperdicio un año en esa lamentable faceta, así nunca recuperaría a la mujer que amaba lo único favorable es que había estado pendiente de ella, se lavó la cara y comenzó de nuevo pasaron 3 años y él aun recordaba cómo si hubiera sido ayer la última despedida que tuvo con ella. El día era templado y caminaba con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta por un parque cercano al departamento de su hermana, se detuvo frente al lago mirando al cielo.

—Volverás algún día conmigo— preguntó a la nada inconsciente de que alguien a su espaldar lo escuchaba.

—Tú que crees— se giró y vio a Tomoko sonriente, al fin las heridas se habían sanado, al fin podría compensar todas sus estupideces, al fin el sin número de maldiciones valdrían la pena... se podría decir que para ellos pese a todo fue un perfecto ¡Maldición lo Sabía!

FIN