Poder de Ángel

361 47 2
                                    

En un fugaz movimiento, mi amigo sale disparado hacia mí al tiempo que se eleva unos centímetros del suelo alzándose con sus grandes alas y me asesta un mandoble. Rápidamente esquivo su ataque con la espada, pero este vuelve a golpearme con fuerza una vez más.

En este instante, veo la oportunidad ante mis ojos, y con gran fuerza, deslizo un elegante círculo en el aire con mi arma y aprovecho para asestarle un mandoble bajo pero él termina por esquivarlo. De pronto, veo el peligroso filo de su espada venir hacia mí con rapidez e instintivamente agacho la cabeza para bloquear su siguiente ataque. Y ocurre, con el filo de la hoja le hago un corte en el hombro, haciendo que un líquido oscuro resbale por su brazo.

El ángel rubio lanza un gemido de dolor, a pesar de que es una herida superficial.

-    Veo que no te gustan nuestras nuevas armas anti-sombras –respondo sonriéndole.

Lanza un gruñido de rabia y se abalanza sobre mí asestando mandobles a diestro y siniestro intentando atravesarme con su espada. Lanzo un puñetazo y giro mi espada rápidamente pero en un fugaz movimiento, me lanza una patada que provoca que salga volando y caiga al suelo con fuerza.

Automáticamente, él se acerca volando y se queda sobre mí mirándome desde las alturas y en pocos segundos el acero centellea y cae sobre mí. Ruedo sobre mí misma y me aparto provocando que la espada se hunda en el suelo, con un fuerte golpe quedándose clavada allí.

Me he salvado por muy poco.

Hago acopio de mis fuerzas y me incorporo rápidamente. Levanto mis manos y sin saber que hacer junto la poca Esencia que me queda, lanzo un rayo que sale disparado hacia él. Uraiel sale volando por los aires y aterriza con un golpe seco en el suelo y se queda inmóvil.

Me quedo allí mirándolo durante unos instantes y luego me derrumbo exhausta respirando profundamente. Tras varios minutos, me levanto y arrastrando mi espada me acerco a él tambaleándome.

Él se pone de pié rápidamente. Mira la espada que está a unos metros y extiende su mano y hace acopio de sus poderes mentales y provoca que el arma se eleve y se acerque hasta su mano.

La empuña con fuerza y vuelve a mirarme.

Pero en ese momento entiendo que la única forma de salvarlo es sacrificando mi Esencia.

Me desintegro en el aire, convirtiéndome en luz y aparezco enfrente de él en un fugaz destello. Sin tiempo que perder, le asesto un mandoble pero en vez de levantar mi arma hago otro movimiento. Entro a fondo desde abajo y hundo con fuerza mi espada en su abdomen. Él angel me lanza una mirada de la más profunda sorpresa y cuando se derrumba en el suelo, saco mi espada que está llena de sangre.

-    ¿No era eso lo que me enseñaste? –digo de forma burlona a modo de respuesta.

A continuación, su cuerpo comienza a convulsionarse mientras lanza un grito de dolor y entonces emerge una presencia oscura, una Sombra que estaba poseyendo su cuerpo. Se desliza hasta quedar enfrente de su cuerpo y antes de que me pueda ver, le atravieso con la espada dándole una muerte rápida.

Luego me agacho y me quedo junto a Uraiel, le acaricio el cabello en silencio y abre los ojos despacio y vuelvo a ver sus ojos verdes, los que tantas veces han estado a mi lado y me pierdo momentáneamente en ellos.

-    Lo siento. No me has dejado otra opción.

-    Nunca me lo he pasado tan bien contigo –susurra divertido.

Después, aparecen dos compañeros y me apartan para poder curarlo antes de que termine desangrado. Nos dirigimos una breve mirada durante unos segundos, llena de todas esas cosas que no podemos decirnos y me doy la vuelta… caminando hacia el lugar de la batalla, no teniendo más remedio que alejarme de su lado.

Aura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora