Animarse a ser

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Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez. ¡Ahí está! Otra vez.
Siento voces raras con ese ruido; como si cada diez segundos me estuviera tratando de llegar un mensaje. ¿Qué me estás diciendo? ¿Para qué sitio me muevo?
Camino tanteando una pared del túnel y encuentro una puerta ¿la abro? ¿Y si hay alguien y me mata? ¿Y si no hay nada? ¿La Luz? Ay basta, tengo que dejar de hacer preguntas que nadie va a contestar.
Pero es que me da mucho miedo. La gente vive en el miedo. ¿Qué será ese sentimiento tan rato y fuerte que nos hace detener ante cualquier cosita? ¿Cómo puede una sensación o pensamiento tener tanto poder en los hombres y mujeres?
Es que debemos darnos cuenta: muchas veces (por no decir siempre) dejamos de hacer algo que nos gusta o sentimos que queremos hacer, por miedo. Decime, ¿quien mierda sos miedo, como para evitar que sea feliz?
No existe esta postura, hay que animarse, hacerse valiente; seguir el instinto, intuición, impulso, corazón. Seguirlo y silenciar el miedo.
Bueno, volviendo a donde me encuentro... es una puerta bastante grande. Parece pesada y dura. El pomo se siente caliente. Esto no es normal, quema demasiado. ¿Que habrá dentro? Un incendio tal vez. O un dragón que escupe fuego. ¿Un volcán? ¿El Caribe? ¿El sol? ¡Una estrella!
No sé qué hay y no puedo especular porque puede haber infinitas cosas y si yo no abro la puerta y me quedo aquí del otro lado jamás lo voy a descubrir.
Nunca sabré si está abierta; si tengo que pasar o no; si es peligroso o si es la salida. Si hay amor, miedo, luz, fuego, caos, paz, felicidad o infelicidad.
Tengo que armarme de valor. "Vamos vos podes, se te presentó en el camino, Tenes que aceptar lo que te llega y fluir con ello." Errores hay en todos lados, lo que importa es experimentar. Animarse a ser y hacer.

Emergiendo hacia mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora