El fariseo y él publicano

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Que gran mesaje para que siempre mantengamos la humildad, al reconocer que en este mundo, nadie es mas que otro, y que lamentablemente todo soberbio, tarde o temprano mordera el polvo, Amen.

A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano, El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador, Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado;
y el que se humilla será enaltecido. Lucas 18:9-14

Robin Alexander.

El Gran Alfarero.03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora