Tenemos un médico en casa

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Vino Jesús a casa de Pedro,
y vio a la suegra de éste postrada en cama con fiebre, Y tocó su mano y la fiebre la dejó; y ella se levantó y les servía, Y cuando llegó la noche trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Mateo 8:14-17

Que alegría seria tener a un medico en casa viviríamos tranquilos por cualquier emergencia, aunque de hecho lo tenemos, aunque no lo veamos, si nuestro médico por excelencia habita con nosotros, se llama Jesucristo, pues él lo prometio, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo, Amén. Mateo 28:20

Robin Alexander.

El Gran Alfarero.03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora