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--Si las inversiones funciona. Podemos construía hoteles en Europa - Dice el joven encargado de la presentación.

Oh,se me olvida. Joseph Hunter. Tiene una cita a las 13:00..

Demonios,enserio. ¿Y además que hace aquí?. ¿No estaba con su prometida por Londres?. ¿ Y para que quiere hablar con migo?.

-- ¿Señorita Reynard?. ¿Esta de acuerdo?- pregunta Smith.
Me coló mejor en la silla -- Perdón,¿en que?.

-- En construía nuevos hoteles, por Europa.
-- Claro es una excelente idea. Pero primero - Miró el reloj, 11:50 - Necesito revisar los ingresos y buscar un lugar en donde construía. Luego contractura los trabajadores - miró a cada uno - eso lleva mucho tiempo.
-- Podemos esperar un año -Comenta trace.

¿En que momento llegó?.

Pocos son los que asienten.

-- Bueno,caballero. Terminó la reunió. -me levantó - Gracias por asistir.

Van saliendo de apoco con murmuros.

Trace me mira alzando los cejas.

-- ¿Sucede algo? - pregunto recogiendo mis cosas.
--No - arruga las cejas.
-- Estas muy desconcertada - Me acompaña hasta la puerta.
-- Oh... es que mi padre está en mi departamento con mi madre - mentí,caminamos hacia los ascensores.
-- Si,lo eh visto llegar - aprieta el botón - Me miró con mucho odio. ¿Todavía me odia?
Me río --Creo que si - pasamos adentro del elevador.

Llegamos a mi oficina. Sam no se encuentra en su lugar.

Camino por el pasillo hasta mi despacho.

-- ¿Quieres ir a comer algo,conmigo? - Pregunta Trace entrando luego de mi.
--Claro. - colocó mis cosas en la mesa -¿A donde?
-- Emm...¿ Que te parece en lo de Antoni?.
-- Ok. Dios extrañaba su comida.

Me siento en la silla.
-- Ok entonces no vemos a las 12:00.

Con eso sale de mi despacho.

El teléfono suena -- ¿Si?.
-- Jefa, Smith a llegado. Lo hago pasar.
-- Sí y gracias Sam.
-- Para servirle.

Llegó a mi despacho

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Llegó a mi despacho. Luego de un excelente almuerzo en el negocia de Antoni. Su pequeño restauran de comida italiana.

Sam no se encuentra en su puesto. De seguro fue a recoger a Jay.

Coló mi saco por el respaldero de mi sillón de cuero.

En la reunió con mi contador Smith. Los ingresos están bajando. Y se han comprado cosas innecesarias.

Suspiró. Ruedo mi cuello.
Respondo alguno correos. Me desató el moño,masajeo mi cuero cabelludo,sacó mi calzados. Siempre amó estar descalza. Desde pequeña mi madre andaba detrás de mi para que me coloque el calzado.

Cruzo las piernas y redactó.

Cuando voy por el cuarto párrafo se escucha el chillido de las bizarras de la puerta. Levantó la visto y me encuentro con nada mas y nada menos con el hombre que me desconcentro toda la mañana.
Joseph Hunter.
Su 1.95 m,abarca casi toda la puerta. Esas pestañas largas y negras sobre los ojos del color jade, me miran. Su cabello negro rizado en las orejas, largo que roza los hombros.
Cierra la puerta detrás de él y camina. Su paso largo, enérgico y elegante. Como una pantera. Llega hasta mi.
La camisa,blanca, remangada hasta los codos. Dejando a la vista su tatuaje. Un rolex, colocado en la muñeca morena.
Pantalones negros de corte clásico. Y unos zapatos italianos,
con una mano en el bolsillo. Retira la silla y se sienta.
Cruza la pierna sobre la rodillas. Entrelaza sus dedos,descansando en la rodillas.

Miró el reloj. Las 13 en punto.
Que puntual.

Las dos nos quedamos observándonos.

--¿No le han enseñado a tocar la puerta? - preguntó alzando una ceja.

Una sonrisa fugas aparece en sus labios.

-- Lo siento. Pero no quería perder mi cita. - se recuesta en la silla - Y como no había nadie en la recepción, decidí entra.
Cambió de pierna y vuelvo a cruzar --¿ Y que le debo esta agrada visita, señor Hunter?.
-- ¿Ahora ya no podemos tutearnos, Señorita Reynard?.
-- Señor Hunter. ¿Y su visita es... para?.
--¿ Sólo quería saber si le a llegado mi invitación?.

A viajado desde Londres ,dejando a su prometida. Para saber si me a llegó su invitación.

Una pequeña sensación de revoloteo se coloca en mi estómago.

-- Ah, - sigue - y a visitar a unos de mi grande contrincante, que será aquí en Canadá.

Lo miró con curiosidad.

¿Contrincante?. Se que existe muchos otros hoteles de cinco estrellas,pero no son reconocido internacionalmente como Empire.

Coloco mis codos en la mesa y me apoyó en mi palma.

-- ¿Esta pensando en construir un hotel,aquí en Canadá?.
Gira su reloj -- Literalmente lo estoy construyendo. Es el único país que me queda para construía mis hoteles - dice un con aire de superioridad.
-- Oh,que bueno,felicidades - le sonrió.
-- Gracias.
-- ¿No quieres tomar algo, señor Hunter?.
-- ¿No me vas a tutear,no?.

Me levantó y camino hasta la cafetera y heladera que se encuentra en un costado de mi despacho.
El suelo frío se siente bien para mis pies descalzo.
Siento una corriente eléctrica mientras camino.
Para un momento,luego sigo caminado.
Se que Joseph me está observando. A mi descalza y con el pelo desordenado.
Recojo una taza de porcelana y programó la cafetera.

Suspiró.
¡Demonios!, por que su mirada me pone así.

-- No creo que los " contrincantes", se tutean. - un pito de avisa que mi café está listo. Lo recojo - ¿O no señor Hunter?.

Giro y me encuentro con el observando todo mis movimientos.

Sonríe.

!Dios¡, esté hombre no se cansa de sonreír.

--Creo que se a tomado muy enserio lo que acabó de decir señorita Reynard.
--- Como no voy a tomar enserio. Si se a tomado su tiempo para hablar con migo cara a cara - camina de nuevo a mi escritorio.
-- Y usted no ve como contrincante,¿a los otros hotel o moteles de por aquí?.
-- No,por que son personas trabajadoras. Que igual cómo yo comenzaron siendo pequeños moteles o hoteles,para luego convertirse en un gran hotel - tomó un trago de mi café - .Y siempre les ayudó. Cuando están ocupada todas las habitación de mis hoteles,le recomendó algún hotel de cuatro o tres estrella.

El me mira con una pizca de ¿orgullo?.

Me atragantó con mi café.

El orgullos de mi.
El revoloteo en mi estómago se vuelve más intensa.

-- Aún no a estado en las grandes liga,señorita Reynard. Ahí nadie es amable o cortes. En el mundo de los negocios son como unas pirañas que comen todo lo que se opone en su camino .Es todos contra todos. - me lanza una de sus cejas negras.

Sonrió

-- ¿Somos enemigo o no, señor Hunter?.
-- Literalmente,sí. En el mundo de los negocios todos somos enemigos. Todos competimos pare ser mejores. - Se levanta - ¿Que le parece como ofrenda de paz ir a cenar con migo?
-- ¿Perdón?.
-- Si,es escuchado que existe un restaurante que hace un deliciosa lasaña.

Lo que quede mirando.

-- ¿Qué le parece a las 8 horas?. Adiós, señorita Reynard.

Dice por último cerrando la puerta.

-- ¡Qué!

 Beautiful Destruction. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora