Octubre 2004.
Habían pasado 8 años desde que te habías ido, el primer año lo pasé fatal por tu ausencia, mi mamá me había llevado con una psicóloga, le preocupaba que algo malo me pasara.
Y de una forma funcionó, ya no me era tan fatal tu ausencia, ya me había acostumbrado, y los siguientes años fueron faciles, nunca te olvidé.
Lo que me ayudaba era tu promesa de regresar un día.
Era el último primer día de clases en la preparatoria.
Mi receso estaba por terminar, tiré la basura de mi comida, para encaminarme a mi salón y no llegar tarde, nunca lo hacía.
Te vi.
Estabas riendo con una chica. Dudé que fueras tú, pero al ver tus ojos azules con esa chispa que los caracterizaba de inmediato lo supe; habías regresado.
Y aunque estaba seguro preferí esperar hasta confirmar que en verdad eras tú, no quería quedar en ridículo.
Callie, hiciste que por primera vez llegara tarde a mis clases, el profesor no me dejó entrar.
Regresé corriendo a la cafetería, con la esperanza de encontrarte ahí, pero no estabas.
Me asomaba por las ventanillas de las puertas, para ver si te encontraba, y así pudiera saber tu grupo, fue el mismo resultado, no te encontré.
El resto de las clases me cuestioné si no habías sido producto de mi imaginación.
A la salida volví a intentar, y te encontré entre la multitud caminando con la misma chica de la cafetería.
Deduje que ibas de regreso a casa por lo que decidí seguirte, estaba a una distancia en la que no podías percatarte de mi presencia.
La casa en la que vivías estaba muy lejos de la mía, como si cada una viviera en un extremo.
Te vi entrar.
Dudé varios minutos en si sería correcto tocar y preguntar por ti. Con la esperanza de que me recordaras.
Nervioso toqué un par de veces, un hombre abrió la puerta y me puse aún más nervioso, nunca lo había visto en mi vida.
Pregunté por tí, mi corazón se aceleró cuando me contestó que sí vivías ahí; regresaste.
El señor te llamó y oí como bajabas corriendo las escaleras, al verme te detuviste de golpe y me miraste dudosa, podría jurar que era la misma cara que había puesto yo cuando te vi en la cafetería.
Unos segundos después me preguntaste "¿Jos eres tú?".
Fue la primer pregunta que en verdad anhelaba contestar con un sí, y fue lo que hice.
Tus ojos se cristalizaron y rompiste la distancia entre nosotros, me abrazaste.
Sentí como todas mis piezas se habían vuelto a juntar.
Llorabas mientras decías cuanto me extrañaste, yo te contestaba de la misma forma. Besé tu frente una infinidad de veces, quería que dejaras de llorar.
Te llevé a la tienda del Sr. Jefferson, lo recordaste a la perfección. El Sr. Jefferson se alegró de verme, no había dejado de ir desde que te habías ido, era una forma de mantener la rutina. Se sorprendió al saber que eras tú, te recordaba.
Pasamos horas en su tienda hablando de sus objetos.
Callie, para ti nada había cambiado en este viejo pueblo, como lo deseaste.
Para mí, había cambiado, pero cuando regresaste se sentía todo como antes.
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This Town. × jos canela ×
Fanfic«Las cosas nunca cambian en este viejo pueblo.» Inspirada en la canción "This town" de Niall Horan. Prohibida cualquier adaptación o copia.