Capítulo 10

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Ahora que escribo vuelvo a leerla. A casi casi ver a Nadia en la estación de Once hablando con ese chico que casi la mata.



No puedo dejar de hacer un paréntesis en la historia, aunque los confunda con los tiempos verbales otra vez.

A veces pienso que la vida no es más que un pool de ideas.

Son las ideas las que nos mantienen con vida. Despiertos.

Una vez agotado ese pool de ideas se produce la muerte.

Bien conocido es el tema de como los sentimientos, las sensaciones y demás ideas influyen en nuestro cuerpo físico.

La inmortalidad también es reflejo. Aquellas personas que nos dejaron sus ideas, nos ayudan a luchar. Nos ayudan a mejorar nuestras propias ideas. No ayudan a vivir.

Y hablamos de ellos como si estuviesen a nuestro lado. Incluso a veces hablamos más de ellos que de nuestros propios familiares y amigos más cercanos.

Y es el hecho de que una idea esconde otra mejor lo que nos mantiene vivos.

Es por eso que los métodos autodestructivos como las drogas y el alcohol atacan principalmente a quienes no encuentran un espacio en el mundo donde volcar sus ideas para un mundo mejor.

Por eso la veo a Nadia tan despierta. Porque ella si lo encontró.

Me pregunto también que seria vivir en silencio. Aunque sea unos pocos minutos. Sin esa voz que me habla todo el día. Esa voz que me obliga a analizarlo todo. A encontrar la esencia.

Esa voz que constantemente me relata lo que no noto de lo que veo, lo que no escucho, lo que no siento y hasta lo que no imagino.

Esa voz que a veces es una novela y no deja de atormentarme hasta ser escrita.

¿Que seria vivir un poco en silencio? Si cuando la escribo aparece otra.

Creo ahora, que el titulo que elegí empieza a describir mejor el libro de Nadia que el mío.

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