4

671 82 32
                                    

Regla N°4:

Enseñarle quien manda.

En mi caso mi bestia es extremadamente terca y grosera conmigo, así que primero hay que enseñarle quien es el amo y quien es la mascota.

×××××××××××××××××××××××××

Desperté gracias al incesante sonido de la alarma de uno de mis teléfonos, tenia demasiado sueño y como no, si ayer me había trasnochado junto con Shizu-chan discutiendo solo por como había decorado la habitación de el, vamos, que hasta había quedado muy linda, no creen?.
Esa bestia no sabe valorar lo que hago por el.

Solté un bufido y tome el celular que estaba sonando, con molestia lo lance a algún lado de la habitación, la alarma dejó de sonar por lo cual asumí que rompí el celular o solo se le callo la batería. Igual no me importa como haya quedado, de todos modos tengo muchos mas.

Me acomode mucho mejor para continuar durmiendo, y aprovechando que mi cama era matrimonial, estire mis piernas y brazos, quedando así como una "estrellita de mar".

— Mucho mejor... — Murmuré para mi mismo, poco a poco me fui durmiendo nuevamente, hasta que un grito resonó por toda mi habitación.

— Oye, bastardo, despiertate. — Dijo una voz ronca que reconocía a la perfección, y yo que quería seguir durmiendo...
Me hice el dormido con la esperanza de que la bestia se diera cuenta el cansancio de su novio y se retirara después de darme un tierno beso en la mejilla o en la frente.

Ojalá eso pasará.

Escuche un suspiro de su parte al igual que sus pasos que se dirigirían hacia donde yo estaba, o eso escuchaba.

— Izaya... Despierta... — Hice oídos sordos. — No quería hacer esto...

De repente sentí un gran dolor en medio de mi hombro y cuello, el maldito me había mordido!

— Ah... Oye, tú! Bestia estúpida! — Grite muy enojado, abrí mis ojos y me senté en la cama. Lleve una de mis manos a la zona donde esa bestia me había mordido, que suerte que no había sangrado.

— Eso que acabó de escuchar fue un gemido?

— Claro que no. — Bufé.

— Oh claro que sí, no estoy sordo ~ — Shizu-chan me dedicó una sonrisa lasciva a lo cual yo me sonroje, tome una de mis almohadas y se la tire a la cara, afortunadamente había dado en el blanco.

— No, pero si estas idiota, ahora largo de mi habitación!

— Que genio, de verdad que eres una pulga molesta... El desayuno esta servido. — Me dijo antes de salir de la habitación.

Solté un suspiro profundo y me levante de la cama. Busque mis pantuflas y al encontrarlas, me las puse y salí de mi habitación.
Cuando llegue a la sala me encontré con Namie cocinando y de Shizu-chan viendo la televisión, exactamente mirando un programas de farándula.

— Shizu-chan ~ Cuando vendrá mi cuñado? ~. — Le pregunte apenas vi como repetían una entrevista hecha a Hanejima Yuuhei-san, o mejor dicho Heiwajima Kasuka.

— No me ha llamado, y no le digas así. — Me respondió cortante y mirándome seriamente.

Reí.

— Hahaha, no me digas que aún estas molesto por la habitación?

— ¡¿Como quieres que no este molesto con semejante decoración, maldita pulga?!

— Bien, bien, si te portas bien tal vez y te deje dormir conmigo ~

— Pasen. — Namie sirvió con una mueca de asco, el desayuno consistía en un omelet de arroz, café y pan -el cual estaba en una canasta-.
Después de servir Namie se retiro sin decir mas. Yo me dirigí al comedor pero cuando estaba a medio camino, sentí una palmada en mi parte trasera. Exactamente en mi trasero, mire detrás mio y me encontré con unos ojos color ámbar acompañados de una sonrisa pervertida.

¡Guía Para Educar A Una Bestia! [DURARARA!! /ShiZaya/]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora