Se vuelve más difícil cada día,
no quiero perderte nunca,
pero pídeme que me quede,
y lo haré.
Relato corto que de desprende de la trilogía You're mine de Jamie Dornan y Dakota Johnson.
No es una cuarta temporada, es una historia corta de lo que pas...
Las fiestas de San Patricio mantienen las calles de Irlanda llenas de personas, sobre todo, turistas ebrios, así que cuando bajamos a entregar la habitación de hotel vemos un montón de bultos verdes esparcidos por el vestíbulo del hotel, Dakota pone los ojos en blanco antes de girar a mirarme.
-Como me preguntes si esto me trae buenos recuerdos...
-No me atrevería –presiono mis labios para no reír mientras sostengo la correa de Zepp- ¿Por qué no se adelantan al restaurante y piden el desayuno? Estaré allí en un segundo.
-¡Nesayuno! –Pip no tarda en comenzar a dar botes y tirar de su madre al comedor.
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Yo me entretengo un rato más en recepción y luego les doy alcance, Zepp olisquea a su alrededor cuando lo dejo atado afuera del restaurante, y se sienta lo más lejos posible de un borracho que ronca tirado allí al lado vistiendo un pijama completo lleno de tréboles, luego voy a la mesa donde me esperan mis mujeres con platos llenos de comida.
-¿Cuál es nuestra siguiente parada?
El entusiasmo de mi esposa me anima, ahora sé que finalmente la estoy convenciendo de esto, el plan Quédate está funcionando, robo un panecillo de una cestita que han dejado en la mesa y le doy una mordida.
-Puede que vayamos a otro castillo, sin fantasmas esta vez y a la luz del día.
-Los fantasmas no son reales –Dulcie hace una mueca- Tío Matt me lo dijo.
-Si tío Matt lo dijo debe ser cierto –dije con sarcasmo- Así que apresuremos el desayuno, aunque nuestro siguiente destino no está muy lejos.
Llegar a Tipperary nos toma cerca de una hora y media, poco antes de llegar a nuestro destino hacemos una parada para llenar de combustible la van y que las mujeres vayan al baño, el día se torna nublado y oscuro, hace mucho viento y una fina lluvia comienza en el momento que llegamos al Rock of Cashel, después de pagar las entradas le ponemos los impermeables a las niñas y sacamos las sombrillas para visitar la impresionante catedral, para nuestra suerte los turistas huyen por la lluvia y tenemos el lugar solo para nosotros, corremos cubrirnos en las ruinas y las niñas comienzan a gritar y cantar encantadas por el eco que hacen.
-Bueno basta, van a asustar a las ovejas y no podremos verlas.
-¿Ovejas? –las pequeñas abren los ojos como platos.
-Las veremos cuando la lluvia se detenga un poco –asiento- pero deben dejar de gritar.
Ellas asienten emocionadas y prefieren comenzar a saltar en los charcos, a pocos metros de allí veo a Dakota mirando a través de un umbral medio derrumbado, me acerco despacio y cuando me paro detrás de ella se gira a sonreírme.
-Aquí también hay un cementerio.
-No vas a olvidarlo nunca, ¿verdad?
-Posiblemente –dice y suspira, el aire huele a campos húmedos y fresca brisa irlandesa, la primavera está por llegar- No hay nada mejor que los verdes paisajes de este sitio.
