Battle Scars

Capítulo 4

Sus labios resecos eran mojados por su saliva. Sin previo aviso, X se había quitado la máscara, tapando medio rostro con su cabello y había profanado sus labios en un intento de callarlo. Si, justo lo que pensaban.

Ya que, como verán, Boruto no es de esas personas que cierren el pico a la primera, claro ejemplo era esto.

El pedazo de cinta adhesiva excluyendo su voz ante cualquier palabra que saliera de la boca de X ya no sería interrumpido.

Boruto, tratando en vano de quitarse esa cinta, mojaba sus labios con saliva. Aun se preguntaba por que el pendejo de X se había quitado la máscara para ponerle una pinche cinta adhesiva.

Hasta el pensaba más.

En no más de siete minutos, ya estaba con el hocico abierto hasta los tobillos, gritando groserías y exclamando el por que de la cinta. Había logrado quitársela.

X pasó sus largos dedos por su cabellera roja. Claro, cabellera.

Tomó lo restante de su cabello y se hizo un trenza con toda la paciencia ignorando los gritos que soltaba Boruto con tal de atraer su atención.

¡Y por la puta que no se callaba!

Respiro hondo y sujetó su cabello. Se volteó dándole una mirada de advertencia. Pero claro, mirada. La máscara estaba puesta y no podía ver nada el pobre rubio.

Lastimosamente, no sintió la mirada de advertencia. Y su pico no cerraba.

—¡COMO TE ATREVES A PONERME UNA CINTA ADHESIVA! ¿ES QUE TU ESTAS LOCO?

No es que estuviera enojado de verdad, pero el pensó que haría otra cosa al bajarse la puta máscara... Vaya vaya, Boruto se había sonrojado al instante.

Tuvo que desvíar la mirada y tratar de bajar su sonrojo hasta sus huevos si se podía. Respirando y cerrando los ojos, pudo volver a seguir profiriendo pendejadas.

—¡LA CINTA ADHESIVA ES PARA OTRA COSA, NO PARA CALLAR A PERSONAS! SOY LIBRE — estaba que quería tirarse de un barranco y morir. Para que el mendigo bastardo dejará de gritar.

Pero Boruto gritaría más.

Después de unos minutos, se silenció por sí sólo. X no pudo aplaudir mentalmente por ese logro.

Pero malditamente después supo el por qué.

—Vaya, tenemos a un hocicón por aquí — Orochimaru entró sin hacer el más mínimo ruido. Manteniendo esa sonrisa perversa y sus ojos entornados en el. Boruto quiso tener diarrea y poder tener una excusa para cagarse del miedo.

—El hocicón aquí eres tú. Con esa boca de serpiente has de tener experiencia.

La cara de palo que tuvo Orochimaru hizo que hasta X quisiera hacerle un altar al idiota con patas.

—Mira niño... Quiero que-

—¡No soy un niño! ¡Tengo 25!

—...—la expresión de Orochimaru no podía ser más esplendida.

...

Silencio absoluto por parte de los tres. Ni quien hablara.

Pero como verán y sabrán. Boruto no es de esos que soporté taaaanto tiempo silenciado. Ah, Boruto le agradaba —y ya era un hobbie— hablar hasta por los codos.

Sinceramente un enigma más para el mundo. Y la filosofía investigará.

—Ya si tu me ves niño, tal vez sea porque la edad no me afecta— todo un galán y narcisista nos salió.