|Atracción| Zarry.

[Capitulo 1] Una noche en especial.

Harry.

-Tal vez esta noche conozca al amor de mi vida, Louis. Es obligatorio que vaya, además ¿Sabes todo el dinero que me pagarán por tocar? -comenta Harry mientras termina de secar sus manos con una servilleta de papel.

-Vale, Harry, pero la próxima los rechazas y vamos al cine o juro patearte la polla.

-Bueno, bueno. Señor enojón -dice en un tono juguetón, camina hasta donde el ojiazul esta y besa su sien para luego sentarse a su lado y disfrutar de aquella serie, aunque Harry jamás entendió muy bien de qué se trataba.
El rizado está tan acurrucado y cómodo que no se percata de que Morfeo lo había atrapado por horas, 8:23 p.m y Harry se despierta por el sonido de algo al romperse, con el corazón casi en la garganta y aún adormilado, no piensa mucho antes de ir tambaleándose hasta el ruido.

-Maldito Aliz, ¿acaso me quieres matar? ¿Eh? -dice Harry mientras coge al gato con cuidado y le da pequeños besos en la cabeza, lo acaricia y al mismo tiempo busca lo que había roto, mira velozmente el reloj de pared, dictan las 8:24 p. m "JODER" piensa y suelta al gato para luego ir corriendo escaleras arriba, se desviste lo más rápido posible y se da una ducha de aproximadamente dos minutos. Al salir coge una toalla e intenta no resbalarse, mientras seca su cabello y sus hombros rebusca aquel fino traje que su compañero de piso le había obsequiado.

Se mira en el espejo de pared y con sus torpes dedos intenta hacer un nudo en la corbata, cada minuto que tarda en esa corbata es un minuto menos que se retrasa para la fiesta. Su corazón late a mil por segundo mientras peina su cabello castaño con suma rapidez, acaba sin arrancarse ningún rizo y antes de salir se echa un poco de colonia, ama ese aroma y todos los que pudieron olerla también. Baja las escaleras y de salida revisa todo.

-Cabello, traje, colonia, eh...mi instrumento estará en ese lugar, llaves, zapatos ¿Todo listo? Mierda, creo que sí -murmura para no despertar a Louis, el cual sigue tumbado en el sofá con la televisión encendida. Harry sonríe ladinamente y reacciona a los segundos, su mano es agitada y ve que su reloj de mano dicta las 8:56 p.m

Minutos después puede llegar a tiempo, casi puede sentir que todos sus intestinos se acomodan y su pulmón vuelve al lugar, odia manejar a toda velocidad pero era un momento que ameritaba hacerlo. Se presenta ante el anfitrión de la fiesta y Harry puede ver la incómoda y conocida sensación de ser el centro de atención, inhala hondo y divisa a su fiel compañero al fondo en el escenario, pequeño escenario. De todas formas es para él, nada más que sus dedos y su adorado piano blanco de cola. Hace tronar sus dedos y en medio del silencio, una dulce melodía inunda cada rincón de aquella mansión. Todas las personas están encantadas y completamente embobadas por la habilidad de aquel joven de 22 años. El portador de ese magnífico talento tiene una hermosura que a muchos impresiona, incluso más que su música.
Todos los invitados están fascinados, todos menos uno.

Zayn.

A Zayn jamás le gustó llegar a una fiesta temprano, incluso llega cuando ya todos estaban disfrutando de la supuesta música buena que había y ya la prensa ha desaparecido. Todo le resultaba tan material y aburrido, jamás le interesó ser una persona conocida por todos pero así era. "Zayn Malik, un magnate multimillonario..." seguido de eso todo lo sofocaba.

-Pasa por mí dentro de tres horas, no pienso aguantar más tiempo allí -ordena a su chofer, minutos después el audi A8 se detiene y Zayn se baja, la caminata por la gran alfombra roja sobre los escalones hace que se arrepintiera de haber salido de su hogar, se abrocha uno de los botones de su caro traje a la medida y dos tipos vestidos de negro abren las puertas en cuanto lo ven acercase, su oído escucha que todos aplauden al fondo y supone que algún músico de pacotilla termina al fin una de las famosas piezas que siempre suele tocar en celebraciones así.

"Bravo, me ahorré el aburrimiento supremo. Que venga el resto" piensa y un hombre regordete abre sus brazos para darle un cálido abrazo.

-¡Zayn, muchacho! ¡Qué gusto verte aquí! Me alegra mucho saber que aceptaste mi invitación, me pondría al tanto de las muchas empresas que dominaste pero debo irme, mi esposa me espera y sabes cómo es cuando no duermo en casa -comenta alegre, su voz se parece a la del abuelo de Zayn, tal vez por eso le tomó algo de cariño y solamente estaba aquí para darle el gusto.

-Está bien, Sr. Mackalister, estoy seguro de que su esposa le tendrá una gran sorpresa por sus 78 años. Por cierto, espero que pase un buen cumpleaños, lo felicito y tenga por seguro de que nos reuniremos otra vez para hablar de negocios -tal vez son las palabras más sinceras que alguna vez dijo Zayn, aquel tipo lo abraza y luego de dos palmadas en la espalda de él, desaparece detrás de una escalera de caracol.

Zayn al segundo se pierde entre la multitud y, luego de saludos fingidos, va directo hacia la azotea, aquél lugar le muestra una vista maravillosa de la ciudad donde se encuentra. Se apoya sobre el barandal de concreto y suelta un gran suspiro pesado, la luna ilumina todo ese sector y puede sentir paz, todos están dentro ya que el frío les impide estar en el mismo lugar que Zayn y por mucho que él odia congelarse, se toma su tiempo antes de volver y fingir que no quiere salir corriendo del lugar.

Una hora y todavía desea irse, una hora pasó entre magnates y demás, finge simpatía por cada una de las personas y a la vez siente tanta lastima.

-Zayn, muchacho, quiero presentarte a una persona. Él es Harry Styles, el músico que esta noche nos ofreció una pieza maravillosa, es un verdadero prodigio -dice Ben, aquel hombre atrae a la ronda donde Zayn y otras cinco personas "disfrutan" de la fiesta mientras hablan de anécdotas chistosas de cada uno, Harry se presenta con Zayn y un choque eléctrico se produce cuando ambos estrechan sus manos, el castaño de ojos miel mira desafiante a Harry y por primera vez él se siente igual que una ave indefensa.

La noche transcurre algo lenta, Harry no deja de sentir una especie de anhelo por estar a solas con Zayn y preguntarle por qué demonios él no deja de verlo con esa mirada desafiante, pero tal vez el rulos solamente está paranoico y más el alcohol, vaya, puede ser una mala combinación. Por otro lado, Zayn está bastante confundido ¿Se está divirtiendo por primera vez en una fiesta? Los labios finos y rosas de Harry lo tienen entretenido, ríe de verdad con sus anécdotas y se queda en silencio con sus manos en la espalda. Eso no quita el hecho de que desea irse de allí, pero ahora la fiesta dio un vuelco algo inusual.

-¿Zayn? ¿Zayn? -pregunta una de las mujeres a su izquierda, reacciona y puede ver que todas las vistas están sobre su persona, no sabe qué decir para salir de esa incomoda escena, se disculpa y pone una excusa de que su celular suena, claro, justo a media noche tiene una llamada del trabajo. Camina, casi que comienza a trotar para ir a su lugar de paz, la azotea. El frío viento golpea su rostro y puede sentir que está en calma, no supo qué responder ante aquella situación ¿Qué había pasado? ¿Se había quedado viendo perdidamente los labios de ese chico? Sacude su cabeza y del bolsillo de su chaqueta interior saca una cajetilla de cigarros, busca su encendedor de oro y se tranquiliza al sentir que su cuerpo se inundaba de su mejor amigo, el humo.

-Linda noche -una voz lo saca de su trance, es el castaño de ojos esmeraldas- ¿Te encuentras bien? Puedo notar que saliste casi volando de allí dentro.

[P.D.V]

-Eh, sí, estoy bastante bien. Debía responder una llamada del trabajo -digo en tono serio, aunque fuera mentira y no fuera tan creíble, me siento algo cómodo a su lado. Raro.

-Lo entiendo, las personas así suele sofocarte -dice con una pequeña sonrisa en sus labios, aquel rizado carcajea y luego se cruza de brazos, claramente no dura mucho en esa posición que de inmediato le da la espalda a la fiesta y se apoya de frente al barandal, no me puedo resistir a no verlo, vamos ¿Acaso es el ser más bello que mis ojos han visto? Su perfil es de los más bonitos que alguna vez vi, su nariz respingada, su cabello castaño y al parecer con rizos, sus largas pestañas y esos preciosos ojos esmeraldas que brillan gracias a la luz de la luna. No me he percatado de que él tiene su mirada en mí, mis ojos chocan torpemente con los suyos y me dedica una cálida sonrisa, a la cual respondo con una mueca de intento de sonrisa con mis labios.

Esperen, pero qué demonios estoy pensando.
Debo irme ahora mismo.

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Tal vez los errores sean muchos, o pocos, pero prometo corregirlos en cuanto pueda. Si tienes comentarios, me fascinaría leerlos. X