[Capítulo 4.] Encuentros inoportunos.

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Abro mis ojos, bastante agitado y me percato de que he tenido un sueño húmedo, la erección en mi pantalón me delata. Tomo aire y suspiro, bastante sorprendido por lo que ha sucedido.

Me encuentro sentado en el sofá y al parecer me he quedado dormido, joder, pero que buen sueño. Me rio de la situación y levanto mi cuerpo de allí, necesitaba darme otra ducha para tranquilizarme. <Deberías ir al gimnasio para bajar esa adrenalina, Edward.> Rara vez mis voces internas tienen razón, debería ir y descargar mi energía. Hoy no tengo que tocar y menos componer, debería tomarme el día con tranquilidad.

[...]

—Oh —gime sobre el mesón el joven rubio.

Me quedo quieto al ver que afuera de los baños una pareja se dedicaba a tener sexo, mientras yo estoy dentro intentando no orinarme encima, para mi mala suerte los orinales estaban descompuestos y era obligatorio usar uno de estos baños internos. Intento hacer el menos ruido posible y lograr escabullirme sin interrumpir la escena porno que se desarrolla sin camarógrafos, pero si con audiencia.

El rubio gime de una manera extremadamente excitante, trago saliva y me voy hasta la puerta pero el activo gime y me recuerda a...¿A Zayn? Me doy vuelta e intento irme pero sin apartar mi vista de ellos, esa follada tiene un aspecto tan caliente. Mi pierna tumba un cesto de basura y caigo sentado encima, me incorporo y ellos se detienen, tapo mis ojos igual que un niño pequeño y empujo la puerta con mi cuerpo, seguro. Maldigo y con una mano busco quitarlo y poder salir huyendo de allí, volando casi. Las personas me ven extraño y otros de una forma tan pervertida, toda la sangre de mi cuerpo sube hasta mis mejillas y se sitúa allí mismo, haciendo que me acalore más de lo que debo. Comienzo a trotar deseando que mi notable erección desaparezca, me siento tan avergonzado.

En ese mismo momento choco contra algo, lo cual me tumba y caigo sentado— ¡Joder, mi frente! —chillo ronco, ¿qué demonios fue, una roca? Mi frente arde y duele, me siento y alguien me ayuda a levantarme pero me mareo y apoyo mi cuerpo sobre alguien, abro mis ojos con dificultad y lo veo, esto debe ser una broma.

—Vaya, veo que tendremos encuentros así todo el tiempo —dice Zayn, trago saliva y aunque me cuesta, me incorporo.

—Lo siento, no estaba viendo y...

—Y caíste sobre mí, bueno, la puerta en realidad fue la culpable. Mira, hasta te has cortado —se acerca a pocos centímetros de mí y niega, igual que una madre. Su cercanía me incomoda y al mismo tiempo me encanta, él me regaña mientras me arrastra del brazo hasta un asiento, me deja allí y desparece, regresa con un botiquín y saca una aguja con hilo, me hago hacia atrás y me tambaleo, cayendo nuevamente al suelo— ya deja eso, quédate quieto Styles —me regaña bastante enfadado y obedezco, no me gusta su tono de voz pero ¿Qué decirle? Nada. 

[...]

—¿Listo? —pregunto al notar que corta el hilo y me coloca una bandita hecha a mano con algo blanco y cinta, el mareo se extingue pero mis ganas de que me trague la tierra siguen allí.

—Sí, procura cuidarte más —me advierte y se pone en pie, luego de minutos regresa y busca su bolso, trae unos pantalones cortos deportivos y dejan a ver sus piernas, un tatuaje se asoma pero no me deja verlo ya que la vista no alcanza. Tenis y una playera que hace juego con el pantalón. Todo de negro.

Me pongo en pie y busco mi mochila, la agarro y me encamino hacia la salida, busco con la mirada mi automóvil y al estar allí quito la alarma, algo decepcionado por nuestro encuentro, pero en parte ¿Satisfecho? No lo sé, es rara la sensación que tengo en mi estómago y pecho.

—¿Harry? —grita él y lo veo correr detrás de mí, me sorprendo y detengo mi paso por completo, llega hasta mí y me sonríe, al instante mis rodillas tiemblan un poco— hey, recordé que tengo tu celular en mi hogar y me gustaría devolvértelo, eh ¿Quieres ir a comer conmigo hoy? Para compensar el no-robo que he hecho y el golpe de hoy, prometo que no te dejaré beber alcohol.

Me asombro y parpadeo algo perplejo, él luce algo nervioso ¿Y cómo debería estar yo? Muerto de nervios, asiento con una tímida sonrisa y él sonríe ampliamente, me hace querer besarlo. <Vaya, qué imprudente. Lo conoces hace ¿Cuánto? Un día, Edward, un día.>

Ambos nos vamos por nuestro camino, pero miro sobre mi hombro y lo veo darse vuelta, se percata de ello y gira rápidamente, entrando nuevamente al gimnasio. Desearía bailar, gritar, chillar, absolutamente todo ahora mismo pero me lo guardaré para cuando llegue a mi departamento. Mi sentimiento de decepción ya no esta, todo es alegría y nervios. 

Tendré una cita con Zayn, vaya.

Oh, demonios ¿Será una cena informal? ¿Formal? ¡¿Qué me pondré?! Necesito ayuda de Louis, debo llamarlo. 

|Atracción|  Zarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora