Pago al taxi y bajo de este, la cabeza todavía me duele. Deseo beber jugo de naranja, tomar una pastilla y lanzarme a la cama a dormir hasta que las estrellas brillen, aunque estoy casi seguro de que no podré ya que dentro de unas horas tengo una junta con un director, tal vez pueda decirle a Louis que maquille mis ojeras o sepa cómo quitar las terribles ganas de vomitar que traigo.
Busco las llaves y con todo el peso de mi cuerpo empujo la puerta, un aroma a comida recién hecha me golpea de frente y sonrío, Louis debe estar cocinando. Camino hasta cocina y de inmediato busco un vaso para servir jugo de naranja, en menos de lo que nos tardamos en parpadear me lo bebo, es tan delicioso.
—¿Harreh?
Me doy vuelta y un cuerpo de estatura menor a la mía me abraza, rodea mi torso con sus brazos mientras oculta su rostro en mi pecho. Estaba tan seguro de que Louis estaría preocupado por mí, pero no estoy seguro de si debe saber mi encuentro con aquel moreno o de mi noche pasada de copas.
—Hola, Lou, lamento no haber vuelto anoche —digo librándome con cuidado de su abrazo, beso su mejilla y acaricio con el dorso de mi mano su suave rostro, él cierra sus ojos al sentir el tacto y sonríe, es sumamente adorable cada vez que hace esto.
—Está bien, pero te he estado llamando hasta poco ¿No sientes el teléfono? —pregunta y se aparta de mí a los segundos, vuelve a la cocina y a la gran olla humeante, apoyo mi cuerpo sobre el mesón y pienso en dónde carajos habré dejado mi celular Tal vez lo dejé en la fiesta o...demonios, ¿y si lo dejé en la casa del moreno?
—Ya, mejor ve a dormir y te despierto en unas horas ¿Si?
No me deja responder y de inmediato comienza a darme pequeños empujones con su trasero, lo cual me causa mucha risa. No discuto sobre el tema y camino bastante fundido hasta mi cama, el canto de los ángeles se escucha en cuanto mi cuerpo roza la cama, pero eso será luego. Ahora debo darme una ducha.
[...]
Un estruendo hace que me despierte y el sonido de la puerta me alerta de que algo no está bien, abro mis ojos y ágilmente me levanto de la cama, tal vez estoy exagerando pero aquellos ruidos no parecen ser de Louis o de Sandra, la mujer que limpia nuestro apartamento. Algo aturdido por el sueño me abro paso entre las cosas y asomo mi cabeza por la pequeña grieta de la puerta y el marco, nada roto pero no me deja tranquilo. Mis manos cogen un bate por impulso <Vamos, Edward, ¿ahora crees que será como en las películas y quedaras igual que un héroe si matas a los intrusos. En todo casi si es que hay alguno> dice un pensamiento, pongo los ojos en blanco y me camino por el pasillo mientras noto que todo está normal. Luego la sala y la cocina, pero no encuentro nada.
—¿Louis? —pregunto en voz alta— ¿Estás en casa?
Pero nadie responde, aunque algo llama mi atención y es que una nota azul destaca en la puerta del refrigerador.
Harry, amor, debo viajar a mi hogar con urgencia. Mi padre ha sufrido un infarto y mi familia me necesita. Debí avisarte con tiempo, pero todo sucedió con tanta rapidez. Recuerda que te amo, te llamaré en cuanto pueda. Volveré en algunas semanas, con suerte.
Con amor, Lou-Lou. Xo
Hago una mueca y dejo la nota sobre el mesón, vaya, ¿días sin mi Louis? Jamás nos habíamos separado por tanto tiempo y no me gusta la idea, creo que no me considero una persona que ame estar a solas. De hecho, odio estar solo.
De inmediato veo la hora y ya son las 10:06pm ¡Joder! He perdido la junta, ¿dormí tanto? Vaya, incluso todavía tengo algo de sueño. Llamaré para reprogramar todo, espero que no crean que soy un completo idiota irresponsable, porque estarían equivocados.
Camino hasta el sofá y me lanzo sobre éste, cierro mis ojos y la puerta suena, me alarmo sin alguna razón, vaya, debo dejar de ver CSI.
—¡Ya voy! —digo caminando hacia el dichoso sonido, un bostezo me invade y en cuanto la madera se desliza, noto quién había tocado.
Madre santísima de todos los putos cielos.
<Precioso vocabulario, Edward>
—Hola, Styles —su grave voz me acaricia los oídos y hasta puedo decir que siento alegría de volver a verlo, trae un aspecto tan sexy y a la vez de lo más despreocupado. Jeans entallados, una playera negra y tenis del mismo color. No parece ser un billonario, más bien parece un joven con vocación de cantante.
—Hola...Zayn, eh, ¿Buscabas algo? —pregunto y puedo notar que estoy nervioso, demonios, debo tranquilizarme. <No me digas>.
—De hecho, sí —dicho eso, sonríe, y puedo jurar que lo hizo de una forma tan seductora que provoca que se me ericen hasta los vellos del cuello, no me deja responder y se abalanza sobre mí y sus labios chocan suavemente contra los míos. Me deja sin aliento y nuestras respiraciones agitadas demuestran lo feroz del beso, resultado bastante favorable. Relamo mis labios y él ríe secamente, casi burlándose de mí, <Tal vez no de ti, mas bien de tu rostro de sorpresa>, carraspeo y frunzo el ceño, en cuanto quiero hablar otro beso calla nuevamente mis palabras. Sus manos ágilmente me acarician la cintura y pellizcan cuando sienten la tela de mi pantalón de pijama, sus ojos color miel hacen contacto con los míos y me dejan sin aliento, gimo al sentir sus dedos rodear mi pene y un gruñido sale desde el fondo de su garganta en cuanto muerdo su cuello, tiene una áspera piel por su barba pero me encanta.
—Za-Zayn, espera, ¿qué demonios haces?
—Demostrarte los múltiples orgasmos que te puedo sacar, Harry. Te follare tan fuerte y duro que hasta en tus sueños más húmedos sentirás que mis manos te acarician, que mis ojos te desvisten con tan solo una mirada y que mi duro miembro te folla con ferocidad ¿Lo entiendes? —su voz es un gruñido de tigre, aquellas palabras se tatuan en mi piel, acaricia mi rostro con cada palabra y demuestra lo necesitado que esta de mí. Su mirada es casi tan dura como su erección, lo cual me ha quitado el sueño.
Entre besos, caricias y gemidos terminamos sobre la mesa, ambos sin ropa y con la piel ardiente por el deseo que sentimos el uno por el otro. Zayn es tan bueno con sus manos; las cuales se sitúan en diferentes lugares, su izquierda se posa en mi cintura y la otra al borde de la mesa, aferrándose con fuerza. Relamo mis labios y los suyos acarician uno de mis pezones, jadeo caliente, él poco a poco roza su glande en mi entrada y sonrío, deseaba, no, anhelaba que me follara. La dureza de Zayn me deja sin aliento y en cuanto lo siento dentro de mí...
Despierto.
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|Atracción| Zarry.
RandomEsta novela promete calarte los huesos, llenarte de sentimientos encontrados entre Zayn y Harry. Espero que sea de tu agrado, gracias por leer. Sería bueno que dejaras tus comentarios y si, tal vez, te gustó, darme una preciosa estrellita. Gracias.