Se está quemando.
Cada mañana,
al despertar,
no quiere levantarse.Se queda en la cama.
Espera que pasen las horas,
el tiempo.Que el dolor deje perseguirla,
que todo pase.Piensa en él.
En su sonrisa.
En su perfume.
Ya se fueron.
Únicamente le queda su recuerdo,
que le atormenta.A veces piensa que está loca,
otras, que es demasiado frágil.Aún no ha sido capaz,
de afrontar la idea de que se ha ido.De no volver a contar sus lunares.
De perder la cuenta y comenzar de nuevo.De no tener su calor en las tardes de invierno,
y no poder refugiarse en sus brazos.De no volver a contar historias en las noches de verano.
De quedarse dormida a su lado.Porque se fue.
Porque ya no está.
Su mayor preocupación es salir a la calle,
con una vaga sonrisa,
para no responder preguntas.
Para hacer creer que todo va bien.Quedarse en la habitación,
dormirse llorando.
Su peor costumbre
que se volvió rutina.