Capitulo 14-Los Monos Alados

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Recordarán los lectores que no había camino, ni siquiera un senderillo, entre el

castillo de la Bruja Maligna y la Ciudad Esmeralda. Cuando los cuatro viajeros iban en

busca de la Bruja, ésta los vio llegar y mandó a los Monos Alados a capturarlos. Así,

pues, resultaba mucho más difícil hallar el rumbo entre los campos salpicados de flores

de lo que lo era viajando por el aire. Claro, sabían que debían marchar hacia el este, en

dirección al sol naciente, y al partir lo hicieron de manera acertada. Pero al mediodía,

cuando el sol brillaba directamente sobre sus cabezas, no pudieron saber dónde estaba el

este y dónde el oeste, razón por la cual se extraviaron en aquellos campos. No obstante,

siguieron marchando hasta que llegó la noche y salió la luna. Entonces se acostaron entre

las perfumadas flores y durmieron profundamente hasta la mañana... todos ellos menos el

Espantapájaros y el Leñador.

La mañana siguiente amaneció nublado, pero partieron de todos modos, como si

estuvieran seguros de su derrotero.

-Si caminamos lo suficiente, alguna vez llegaremos a alguna parte -dijo Dorothy.

Pero pasaron los días sin que vieran ante ellos otra cosa que los campos cubiertos de

flores. El Espantapájaros empezó a refunfuñar.

-Es seguro que nos hemos extraviado -dijo-, y a menos que encontremos el rumbo a

tiempo para llegar a la Ciudad Esme_ralda, jamás conseguiré mi cerebro.

-Ni yo mi corazón -declaró el Leñador-. Estoy impaciente por ver de nuevo a Oz, y la

verdad es que este viaje se está haciendo muy largo.

-Por mi parte -gimió el León Cobarde-, no tengo valor para seguir caminando sin

llegar a ninguna parte.

Al oír esto, Dorothy perdió el ánimo, se sentó en la hierba y miró a sus compañeros,

los que también se sentaron a su alrededor. En cuanto a Toto, por primera vez en su vida

estaba demasiado cansado para perseguir a una mariposa que pasó rozándole la cabeza.

El pobre perrito sacó la lengua, se puso a jadear y miro a su amita como preguntándole

qué podrían hacer.

El Mago De OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora