Capitulo 27: "El pacto".

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Nicolás y el padre Robert no se sorprendían de poder ver a la parca, la gente religiosa y relacionada con el mundo del cielo y las tinieblas podían verlo sin problemas con el solo hecho de ser creyentes.

El padre Robert asintió una vez y se precipitó a hablar.

–Nicolás bendice dos anillos de oro y tráelos ahora mismo, y también ve a buscar el libro por favor.

Mientras tanto el padre Robert, estaba explorando cada detalle y palabra escrita en las páginas de la profecía.

–Anillos de oro bendecidos, copa de vino tinto, crucifico dorado... –leía el padre cuando fue interrumpido por Paul.

–un rosario de piedras y una daga de plata para realizar el pacto. Busca todo eso muchacho. Rápido! –le dio la orden a Nicolás.

Este salió de la habitación con mucha rapidez.

–linda, aguanta, tu puedes. –decía Hashton tratando de contener las lágrimas que se le escapaban–. Llamen a un médico, se está muriendo.

–¿Quieres llamar a un medico cuando la muerte está en la habitación y cuando están a punto de practicar un matrimonio extraño con una chica menor de edad para salvar su vida? –se burló Paul.

–¿Esto funcionará? –articuló Hashton.

–fusionará. –Respondió Paul–. Yo escribí las maldiciones en la profecía, ¿Lo recuerdas?

A continuación minutos de agonía para todos, ______ se agravaba y Nicolás no aparecía con su enmienda, ella estaba tan quieta como si incluso ya hubiera muerto, su piel era pálida y descolorida, sus manos descansaban a sus costados, sus parpados estaban cerrados, su pecho se expandía de forma casi imperceptible en su última osadía por llevar aire a sus pulmones, y en su garganta se apreciaba el leve movimiento a través de su cuello cuando ella intentaba tragar, sus labios además de agrietados y pálidos se veían resecos, y para culminar con el tormento, ella también estaba comenzando a ver esas sombras, esos espíritus seguían atormentándola incluso en sus últimos segundos de vida, pero la diferencia es que ella ahora no estaba segura de si lo que veía eran alucinaciones, hasta llegó a ver la imagen del blanco espíritu de su padre rondando su mente, ella cerraba sus ojos para deshacer las imágenes de aquellas sombras, sin embargo las voces retumbaban en sus oídos. La agonía de ella no era tanta como la que sentía Hashton, lo único que él pedía era por favor no verla morir.

Por fin más tarde Nicolás entró con una mochila que llevaba colgada a su hombro.

–traje todo! –dijo jadeando por el cansancio, había estado corriendo.

–dame los anillos. –pidió el sacerdote Robert que muchas veces antes había unido en matrimonio a numerosa cantidad de parejas. Nicolás y Hashotn estaban acostumbrados desde muy jóvenes a ver bodas y ya sabían exactamente qué hacer, aunque para ellos seguía siendo impactante que quien iba a casarse era el mismísimo Hashton Malik.

De su bolso Nicolás sacó un estuche pequeño que contenía un par de anillos de oro puro anteriormente bañados en agua bendita y un grueso y enorme libro entregándole luego ambas cosas al padre Robert.

–muchacho ya sabes que hacer. –comunicó el padre Robert con voz paternal.

Hashton le respondió dando un asentimiento con la cabeza y limpiando su rostro levemente humedecido con las gotas saladas de aquellas lágrimas de un ángel.

En manos del futuro novio, Nicolás colocó el rosario de piedras preciosas, este lo tomó y se inclinó de rodillas al lado de la cama de su amada. Ella abrió los ojos y lo miró tratando de fingir que era Zayn quien estaba junto a ella mirándola con esos hermosos ojos enamorados.

"Más allá de una atracción" (z.m) EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora