Hermoso, sí, esa era la palabra perfecta para describir el hecho de volar por los aires en brazos de un ángel, también impactante y asombroso, ráfagas de aire soplaban y chocaban contra mi piel y hacían volar mi cabello, y la lluvia granizada me hacía rasguños en el rostro. Le dediqué una mirada al suelo y allí abajo Nicolás y el padre corrían tras nosotros y eran perseguidos por los demonios, quizá a nosotros no podrían atraparnos pero a ellos... A ellos los atraparían si Hashton no volvía con ellos a ayudarlos, los pobres chicos mortales luchaban solo ellos dos contra tantos demonios como era posible, vi a Nicolás lanzar dagas por los aires que se clavaban directo en el pecho de los demonios, los dos únicos humanos corrían y corrían tanto como podían tratando de no ser alcanzados, a diferencia de los malignos seres que no parecían hacer esfuerzo alguno. ¿Les estaban dando ventaja?
Vi como Nicolás tropezó y cayó a la tierra quedándose atrás, el padre Robert se detuvo vacilando para asegurarse de que el joven estaba bien pero no lo estaba, intentó de ponerse de pie sin éxito y los demonios estaban tan cerca de él que noté que Nicolás incluso podía sentir la respiración de esos monstruos.
–Hashton, ¡¡van a atraparlos!! –exclamé con inquietud sintiendo el calor de sus gruesos brazos.
No hizo más que volver su mirada hacia atrás y volar más alto conmigo en sus brazos, proseguí mirando a Nicolás que estaba a punto de ser atrapado por los malos y al padre Robert que ahora había dado marcha atrás devolviéndose hacia Nicolás para socorrerlo. Pero sucedió algo inimaginable que me dejó sin habla, dos seres con alas blancas aparecieron de los cielos volando por los aires y capturaron con prisa a Nicolás y al padre salvándolos de los demonios y zarandeando sus alas a toda marcha tras nosotros con mis camaradas en sus brazos.
Atravesamos en las alturas la montaña perdiéndoles la pista a los monstruos y dejándolos atrás.
Había visto cosas encantadoras pero sin duda esta era una de las más hermosas, la ciudad se abría paso bajo nosotros, las luces nocturnas iluminaban el panorama del anochecer creciente que empezaba a montarse en el cielo, Rostock era una ciudad hermosa, preciosa y alucinante. Remontamos en el viento estruendoso y el movimiento de las alas enormes de los tres ángeles se escuchaba tan fuerte que me ensordecía. No estaba segura de hasta dónde nos dirigíamos pero en pocos minutos aterrizamos en un oscuro callejón sin salida y entramos a un galpón que allí había, los tres ángeles de los cuales dos eran desconocidos para mí junto con los dos mortales y yo guardamos silencio hasta que Hashton decidió hablar.
–¿Dónde estamos y quienes son ustedes? –indagó Hashton con expresión rigurosa y severa.
Pensé que él sabía las respuestas a esas preguntas pero al parecer no era así.
–hola Hashton Malik. –entabló uno de los ángeles.
Ambos eran hermosos, altos y esbeltos, con un cuerpo formado y espaldas anchas, sus casi dos metros le sentaban muy bien, uno de ellos llevaba el cabello rubio y largo cayéndole sobre los hombros, sus ojos eran absolutamente negros y su piel blanca y sonrosada. El otro llevaba el cabello castaño un poco más corto con un moderno corte que también le quedaba como anillo al dedo, era igual de alto, sus ojos eran azules y su piel dorada con un bronceado perfecto, sin mencionar que llevaban su tentador torso desnudo al igual que Hashton, los tres arcángeles habían guardado sus alas.
–soy Uriel, el arcángel Uriel. –respondió el chico de cabello cobrizo marrón.
–yo soy Erodes, o puedes llamarme Enoc. –añadió el chico rubio–. No pensarán enfrentarse a los demonios ustedes solos, ¿o si? ellos son millones, ustedes son... solo cuatro. Hay cientos como nosotros, tendrán que unirse a los nuestros si quieren derrotar al mal.
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"Más allá de una atracción" (z.m) EDITANDO.
Hayran KurguDos misteriosos jóvenes se encontrarán atraídos de manera inevitable, su atracción es y será tan fuerte que logrará romper las barreras de la realidad. Ella cada noche es atormentada por presencias oscuras y tras conocer la absoluta perfección del j...