Narra Amanda
Mientras me quedaba a observar como el avión se marcha, más me derrumbaba. De pronto noté una mano apoyada en mi hombro, era el sargento.
-Soldado, tómese el día libre.
-Gracias, señor.
Una vez que perdí de vista el avión, me dirigí yo sola a la camareta. Al llegar me dirijo al baúl que compartimos Drako y yo.(Todas las literas tienen un baúl a los pies.) Acto seguido la abro, saco su cazadora, cierro el baúl,a continuación, me tumbo con dificultad en mi cama, tapándome solo con ella.
(Mientras tanto en el avión con Drako)
Narra Drako
No dejan de caer lagrimas por mi rostro, aunque trate de detenerlas, ganan ellas.
El vuelo debió de durar unas tres horas aproximadamente. Ya es la tercera vez que paramos, pero esta vez, es para acampar.
No conseguí dormir en toda la noche, no puedo dejar de preguntarme cómo estará Amanda en este momento. Cuando empezaba a adormilar, ya era la hora de partir, así que nos pusimos en camino. Esta vez, no paramos hasta bien entrada la noche. Pero esta vez, cuando había pillado bien el sueño, ya teníamos que partir. Llegamos a Afganistán por el medio día.
El sargento de ese cuartel me acompaño a mi futura camareta.
-Se instalará aquí. Que tus compañeros te pongan al tanto de todo.
Nada más terminar la frase, se marchó. Debía de ser la hora del descanso, porque estaban todos allí, cada uno en su mundo.
Me dirigí a la única cama vacía y empecé a instalarme.
-Hola soldado ¿como es que has acabado aquí?
-Hola, nada serio. Fue por incumplir las normas.
-¿Solo por eso? Ahora los sargentos se toman la disciplina más en serio, parece ser.
Fue a continuar lo que estaba haciendo, yo, después de instalarme me puse a escribir una carta;
Querida Amanda:Ya me he instalado en el nuevo cuartel. Siento mucho no haberte escribido antes, pues no podía por que estábamos viajando en helicóptero y apenas había tiempo para comer y dormir. En estos días no he pensado en nada mas que no fuera en ti.
¿Pero que hago? No puedo decirle eso, sospecharía que me gusta. Es mejor que valla a tomar el aire, aparto la carta y el bolígrafo a un lado y abandono la camareta.
Pero a mitad del pasillo suena un toque de trompeta que por la hora anuncia la hora de cenar, así que me dirijo al comedor. Una vez allí, cojo mi bandeja con la comida y me siento en una mesa vacía.
No me apetece hacer amigos y menos sabiendo que ella esta a miles de quilómetros de mí, sabiendo que esta minusválida, sin nadie que le empuje la silla, ni que la ayude... Ni que le lleven su colacao.
De pronto alguien se sienta en la mesa sacandome de mis pensamientos.-Hola, eres el nuevo. Verdad???
- Sí.
- Y esa cara?
-Nada, estoy bien.
- Por que estas aquí?
-Un castigo, por infringir las normas.
-Oye, dicen que de donde vienes han aceptado que se aliste una mujer, es cierto?
-Sí. Es cierto.
-También dicen que esta discapacitada, no? Que no puede caminar. Como se lo han permitido?
-No lo se, pero lo comprenderías si la conocieras.
-Que? No lo sabes y me dices eso? No te entiendo.
-No se por que la alistaron, pero tiene algo especial, algo de lo que solo te das cuenta al conocerla.
-Estas enamorado,no?
-Que? Yo? Enamorado? Que dices, yo no estoy enamorado.
- Lo que tu digas, pero que sepas que se nota cuando mientes.
Se levanta, me da unas palmaditas en la espalda y se marcha. Recojo la bandeja y vuelvo a la camareta.
Pero al llegar, veo al tipo que me recibió leyendo mi carta.- Oye, eso es mío, no deberías leer las cosas de los demás.
-Tu lo has dejado en la mesa, y la mesa es compartida, toma, si quieres acabarla date prisa, en quince minutos apagarán las luces.
Me da la carta dándome un golpe en el pecho. Me siento y leo la carta para terminarla.
Querida Amanda:
Ya me he instalado en el nuevo cuartel. Siento mucho no haberte escribido antes, pues no podía por que estábamos viajando en helicóptero y apenas había tiempo para comer y dormir.
En estos días no he pensado en nada mas que no fuera en ti. Me tengo que acostar, espero que estés bien. Un beso.
Firmado; Drako.Al terminar la carta, la meto en un sobre, le pongo un sello y escribo la dirección.
Dejo la carta en la mesa y me acuesto.
Al día siguiente mando la carta antes de ir a desayunar.