Capítulo 5

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Jared vuelve a sentarse frente a mí y me observa con sus terribles y hermosos ojos azules. Me siento incómoda e intento iniciar una conversación, pero no se me ocurre nada, hasta que a mi cerebro le da por funcionar.

-¿Eres médico o algo parecido?

-Estudié medicina unos años, por mi madre, pero cuando ella murió, decidí hacer lo que más me gusta.

-¿Y qué es?

-El arte. La música. Todo eso. Toco el piano y la guitarra. Suelo pintar de vez en cuando, aunque no son muy buenos, pero hacen que todo lo que tengo dentro salga, y me hace sentir...

-Mejor contigo mismo.-Termino la frase.

Me sonríe y asiente lentamente. Ahora llega otro silencio, y esta vez es Jared quien lo rompe.

-No hace falta que respondas, pero... Ese chico. El que... te pegó... ¿Es tu novio?

-¿Izan? Oh, no. Salí con él hace varios meses. Es solo un capullo asqueroso.

-Deberías denunciarlo. Quiero decir, para que no vuelva a vuelva a ocurrir.

-Esa fue la primera vez... Pero no creo que vuelva, le dejaste la cara bonita.

No oculta una sonrisa de satisfacción y orgullo, y sus ojos azules me miran fijamente tan brillantes que me hace sentir escalofríos.

-Oh, ¡maldición!- No puedo contener el grito.

Jared se sobresalta y me mira con el ceño fruncido.-¡¿Qué?!- Exclama.

Me tiro de la silla y subo corriendo, aguantando el dolor de las rodillas, hasta la habitación. Sin girarme, siento que Jared también corre tras de mí.

-¡Alex, ¿puedes explicarme que diablos pasa?!

Antes de poder contestarle, agarro mi móvil y suelto un pequeño grito involuntario al ver las siete llamadas perdidas de mi jefe, más otras cuantas de Julia. Además de mensajes preguntando dónde diantres estoy.

-¡Eh!- Casi me había olvidado de Jared, hasta que siento su voz en mi cuello.- ¿Pasa algo? Te has quedado muy blanca. Quieres café, o un té. Puedo preparártelo en un momento.

-¡No! No no, yo... lo siento tengo que irme.

-¿A dónde?- Sus ojos me miran curiosos y algo me dice que o le cuento todo, o no me dejará salir de la habitación y puede que en otras circunstancias me diera lo mismo, pero no ahora.

-Tengo una inspección en el restaurante, y ya llego dos horas tarde. Si no llego ya no creo que me dejen volver a aparecer por ahí nunca más.

-Pero casi no puedes ni moverte, y los moratones se te ven demasiado.

-Les diré que me dí un golpe contra la puerta.

-Si esa es tu excusa, te quedaría mejor decir que te pegaste con la puerta.

Antes de contestar, trato de calmarme, respiro hondo unas cuantas veces y le miro severamente.- Jared, por favor. Necesito este trabajo. Al menos hasta que encuentre uno mejor pagado y que no les importe mi impuntualidad.

Tras un breve silencio, se hace a un lado y salgo corriendo hacia la puerta principal. Cuando la abro y salgo a la calle me paro de golpe. No sé dónde estoy. Hay varias casas en frente y a los lados, separadas por extensos jardines. Y cuando digo casas, me refiero a terribles mansiones todas en fila a un lado y otro de la calle, que la fijarme bien, lleva hasta la playa. Veo más coches que gente y caigo en la cuenta. Ese debe ser el típico barrio rico del que muchos hablan pero pocos pueden vivir allí. Nerviosa me pongo a caminar en dirección contraria a la playa, cuando escucho un coche pitarme.

Northern Lights.              [Con Jared Leto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora