Arata.

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Era una tarde lluviosa, el sol estaba a punto de esconderse. Karima salió a contemplar la lluvia cuando a lo lejos vio un pequeño gato temblando de frío y maullando de dolor. Sin pensarlo fue hasta él y lo tomo en sus brazos, el pobre estaba sucio y parecía que no había comido en días.

-Pobre gatito ¿Dónde está tu dueño?-. Reviso su cuello pero no tenía collar o una placa. -Supongo que puedes quedarte conmigo hasta mañana-.

Dicho esto regreso a su casa. Seco y alimento al gatito, su pelaje era dorado pero no como el de Kokkuri San más bien era color miel y sus ojos eran preciosos, el izquierdo verde como la hierba y el derecho azul como el mar, su oreja derecha era ligeramente más obscura que el resto de su pelaje. Si, era un gato precioso pero no todo es lo que parece.

Al día siguiente Karima despertó y se dio cuenta de que el gatito se había dormido junto a ella. Al contrario de Kokkuri San o Inugami a Karima le gustaban los gatos (Su mejor amiga es uno) no le molestaban en lo absoluto, es más le parecían adorables. Termino de preparar el desayuno y alimento al gato que empezaba a encariñarse con ella; mientras limpiaba su casa encontró una nota junto al gato.

-¿Arata? ¿Ese es tu nombre?-. Le pregunto al gatito que maulló afirmándolo. -Es un lindo nombre-. Dijo acariciándolo.

Terminando sus cosas fue al mercado, Arata la acompaño, el gato no se separaba ni un segundo de ella. Como era de esperarse se encontró con Kokkuri San en el mercado, hoy estaba haciendo las compras solo.

-Hola Kokkuri San-. Lo saludo.

Él estaba de espaldas y giro hacia ella para saludarla. -Buen día Karima-. Sintió que algo le arañaba la pierna, bajo la mirada y vio horrorizado a Arata. -¡Un gato!-. Dijo disgustado.

Arata salto a los brazos de Karima antes de que Kokkuri San lo pateara. -No sabía que los gatos te asustaban-. Se burló Karima.

-¡No me asustan!-. Miro a Arata que parecía burlón. -Solo no me agradan-.

-Arata es diferente, es tan adorable-. Acaricio al gato. -Estoy segura de que te agradara-.

-¿Arata? ¿Tú le pusiste así?-.

-Si...bueno encontré una nota junto a él que decía Arata supuse que era su nombre, es lindo ¿No?-.

Kokkuri San la miro con fastidio. -¿Dónde lo encontraste?-.

-Afuera de mi casa el pobre estaba solito bajo la lluvia-. Karima abrazo a Arata. -¿No es adorable?-.

-No-. Se acercó y miro a Arata a los ojos. No supo explicarlo pero Arata le sonrió, como si se estuviera burlando del pero era solo un gato ¿O no era así?. Hay algo en el que no me gusta, no es un gato cualquiera. -No deberías recoger animales callejeros no todos son lo que parecen por ejemplo inugami, el parecía...-.

Pero Karima no le hizo caso estaba jugando y acariciando a Arata parecía estar hipnotizada. Regresaron juntos a casa, Kokkuri San tuvo que cargar todas sus compras y las de Karima porque ella estaba muy ocupada con Arata. Ese gato me está hartando. Karima es su amiga y la ayuda con gusto pero ese gato...había algo que no estaba bien con él.

Llegaron y Kohina estaba afuera jugando con Inugami.

-Kokkuri San ¿Trajiste mis fideos?-.

-Se me olvidaron, lo lamento Kohina estuve ocupado ayudando a Karima-. Miro a Karima fastidiado.

Arata fue hacia Kohina y ronroneo mientras ella jugaba con el.

-Gatito esponjo sito-. Le decía Kohina.

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