EMILY • COMPLETA

09

      EMILY DESPERTÓ POR LOS LEVES RAYOS de sol que entraban por la pequeña ventana de la habitación, abrió sus ojos lentamente acostumbrándose a la luz, frotándolos miro la hora, para darse cuenta que eran las diez de la mañana, algo tarde para ellas.

—Mami —Llamó dándole leves empujones—. Mami —Elena despertó poco a poco para mirar a su hija.

—¿Qué pasa mi amor? —Preguntó mientras miraba la hora—¡Oh por dios son las diez! —Elena se levantó de un tirón para ir al baño de su habitación a darse una ducha —Emily ve a ducharte y cambiarte vamos a salir. —Ordenó su mamá dentro de la ducha.

Emily corrió hacia el otro baño de la casa, al llegar se quitó la ropa y se metió a la ducha dejando que el agua cayera por su cuerpo dándose un baño rápidamente, al terminar salió y buscó en su maleta algo de ropa para colocarse, se cambió y salió a la cocina donde su madre ya estaba lista y sirviendo el desayuno. Luego de comer juntas salieron de la casa.

Ambas recorrieron la ciudad mientras observaban todo con atención. Emily miraba todas las tiendas bonitas de juguetes, ropa, cosas para el hogar, entre otras le impresionada que se sintieran hogareña a pesar de ser pequeñas.

Caminaron por un rato hasta que llegaron a una escuela. Emily la miró curiosa, era bonita y niños y niñas corrían en el pequeño parque que se encontraba en el jardín. Ambas entraron y se dirigieron a la oficina de la directora.

—Aquí vas a estudiar Emily. —Dijo Elena a lo que Emily se emocionó saltando en su lugar.

La escuela era aún más linda que la anterior y en el fondo sabía que tendría amigas y amigos, todos se veían amables y jugaban entre sí en el parque que se encontraba allí.

Elena habló con la directora, la cual era mucho más amable que la anterior e inscribió a Emily para que comenzará lo antes posible.

—Bueno Emily empiezas el lunes el colegio —Era viernes, así que solo tenía que esperar dos días—. Ahora vamos a comprar todo para tu habitación y nuestra oficina, además de tus útiles escolares.

Salieron del colegio y empezaron a caminar de nuevo llegando a un centro comercial en donde había una gran tienda de muebles, caminaban por los pasillos tomando varias cosas y colocándolos en la cesta que Elena llevaba en mano, querían comprar todo.

Compraron muchas cosas, como cojines, sabanas, cuadernos, colores, entre otras cosas, y en la cual gastaron toda la tarde eligiendo y comprando. Cuando tenían todo comprando decidieron regresaron a casa un camión llevaría los muebles que habían comprado a la casa por lo que debían ir antes de que ellos llegaran.

Ambas comenzaron a caminar rápidamente a casa mientras hablaban acerca de cómo pensaban que quedarían, estaban tan distraídas que no vieron al hombre que venía hasta ella haciendo que Elena chocara con el cayendo al suelo de bruces, las bolsas cayeron al suelo y Emily se asustó por el repentino momento.

—Mami. —Dijo Emily agachándose a ayudar a su mamá.

—Estoy bien amor. —Elena miró hacia arriba y vio a un hombre muy guapo observarla preocupación, el hombre con quien había chocado.

Lo primero que notó era que sus rasgos lo hacían ver como un joven italiano, parecía tener su misma edad que ella, sus ojos eran azules, su piel era clara, vestía elegante y su pelo estaba peinado perfectamente a un lado.

—Lo siento fue mi culpa. —Se disculpó el hombre con un leve acento italiano lo que hizo confirmar los pensamientos de Elena.

Estiró su mano para ayudarla a lo que ella la tomó y de un leve jalón se levantó limpiando su ropa un poco.

—Déjeme ayudarla. —Dijo mientras tomaba algunas bolsas del suelo.

—No se disculpe, Nosotras íbamos distraídas. —Elena terminó de recoger las bolsas que faltaban para luego dirigir su mirada al hombre frente a ella, mientras Emily los miraba con curiosidad pero no había dicho nada, solo se ocultaba detrás de las piernas de su madre.

—¿Ustedes viven por aquí? —Pregunta a lo que Elena asiente—. No las había visto antes.

—Sí, de hecho vivimos en esa casa —Respondió señalando a la casa— Somos nuevas por aquí.

—Oh, ustedes son las nuevas vecinas —Dijo el hombre impresionado—. Yo vivo al lado, Mi nombre es Adriano.

—Mucho gusto Adriano, mi nombre es Elena y ella es mi hija Emily —Ellos estrechan sus manos, luego Adriano se agacha a la altura de Emily—. Emily saluda.

Emily salió de su escondite y extendió su mano la cual fue estrechada por Adriano.

—Hola pequeña. —Saludó mientras observaba con adoración, amaba los niños.

—Hola. —Respondió tímida. Elena miro el camión de los muebles llegar a su hogar.

—Bueno fue un gusto en conocerte Adriano pero ya debemos ir a casa. —Dijo Elena tomando la mano de Emily.

—Digo lo mismo, nos veremos pronto. —Dijo con una sonrisa.

—Hasta luego. —Se despidió Elena empezando a caminar.

Al llegar a casa los hombres empezaron a bajar los muebles entrando en la casa, ellos los colocaron donde Elena les decía y pronto su casa estaba amueblada y decoradas con las cosas que habían comprado.

—Pequeña, anda jugar al jardín mientras yo me encargo de esto. —Emily asintió y se dirigió al jardín.

Al llegar observó con atención dándose cuenta de una sombra que estaba debajo de un árbol que allí se encontraba. Emily entrecerró los ojos mirando con atención notando que era un niño, este pareció notar su mirada por lo que se dio media vuelta con una sonrisa.

—Hola Emily. —Saludó acompañado de un gesto con su mano.

—¡Leo! —Emily emocionada corrió hasta él e instintivamente lo abrazo, dándose cuenta unos segundos después causando que se separara extrañada—. Espera ¿te puedo abrazar? —Una nueva de confusión de reflejo en su cara.

—Pues al parecer sí. —Río y pellizco su nariz.

—Auch, eso duele. —Se quejó ella riendo y tomando su nariz.

—Mentirosa —Siguió riendo—. ¿Esta es tu nueva casa? —Preguntó Leo mirando la casa.

—Sí, así es. —Dijo y sonrió jugando con su pequeño vestido.

—Se me hace muy conocido ese lugar —Susurró pensando, sin embargo no le dio tanta importancia—. ¡Vamos a Jugar! —Dijo Leo y ambos empezaron a jugar.