Lunes.
Jane no había podido dormir más de dos horas seguidas la noche anterior y por más que se miró unas cuantas veces en el espejo y trato de poner la mejor cara no pudo. Sus rulos estaban más desordenado que nunca, sus ojos de cansancio eran acompañados por grandes ojeras y parecía estar más pálida de lo que acostumbraba.
Miro las pinturas de Jules repartidas por todo su departamento y decidió no asistir a la clase. Necesitaba pensar y replantear sus decisiones. Sabia que, a esta edad, el amor era complicado pero jamás pensó que lo fuera tanto.
Hizo una lista mental de todo lo que le gustaba de Jules y se encargo de puntuar todo del uno al diez. Y del otro lado de aquella lista colocó lo malo que el chico había hecho: engañarla. Y éso lo puntuó con un diez bien grande y rojo (o éso se decía a sí misma).
La había engañado y ella lo sabía. Y dolía, dolía como un puñal en el medio del corazón.
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Pintame. |COMPLETA|
Proză scurtăJane, quiero que seas tú quien inspire mis pinturas, y si me lo permites, quiero que tu cuerpo adorne mi habitación, que tu pelo café se desparrame en mis sábanas blancas, que tu risa retumbé por mis oídos y que sólo tú inundes mi alma. ...