Punto de vista de Marinette
Sus ojos brillaban junto a las luces de la ciudad, por alguna extraña razón, ese simple instante me hacía inmensamente feliz.
— ¡Mari, desde aquí se puede ver todo París! — Gritó Hugo con entusiasmo.
Las vigas estaban condenadamente frías, pero por suerte se me había ocurrido resguardar el calor corporal de mi pequeño bajo bastantes capas de ropa, por el momento no parecía importarle el frío.
Caminaba con suma torpeza entre el metal, mientras yo me preguntaba de dónde habría sacado aquel coraje. —. Cariño, con cuidado. Debes tenerlo incluso si tú madre es LadyBug y puede... ¡Atraparte! — Lo tome entre mis brazos con fuerza, abrazando su pequeño cuerpecito al mío.
— Él vendrá ¿Verdad? — Pregunto mirando hacia el final del monumento.
— Eso espero... — Respondí.
Luego del inesperado ataque de celos por parte de Chat Noir, creí justo que se enterara de la verdad. Hugo era mi hijo y no podría ocultarlo por siempre, además, él estaba impaciente por conocer al héroe del que tanto le había hablado.
Sin embargo aquel felino tardó mucho más de lo esperado, no pudiendo evitar que Hugo cayera dormido entre mis brazos.
— ¡Marinette! — Oí desde unas vigas más abajo. —. ¡Leí el mensaje! ¡¿Dónde estás?! — Sonreí recordando el pequeño post-it que había dejado sobre mi balcón con claras instrucciones de vernos en ese lugar.
Con la ayuda de su bastón comenzó a subir. — ¡Mari-! — Cerró sus labios de inmediato al ver el dedo sobre mi boca que clamaba silencio. —. L-lo siento. — Corrí mi cuerpo muy lentamente y le indique que se sentara.
— No te preocupes, tiene el sueño pesado. — pase mi mano por la mejilla de Hugo.
— No me disculpaba por eso...— Una vez a mi lado, apoyó su frente en mi hombro. —. Hablaba de nuestra discusión de ayer... Sé que fui un imbecíl, no debí gritarte... pero... de verdad pensé... — Una notoria vergüenza se hacía presente a través de las rojas mejillas. —. p-pensé que...— Sus ojos alternaban entre Hugo y yo.
— Basta Chat, ya entendí. — Miro con ojos suplicantes, pendiente a mi respuesta. —. Y claro que te perdono, debí ser clara contigo desde un principio. — Agregué.
— Era él, ¿cierto? — Pregunto mirándolo. —. ¿Era él quien trataba de abrir la puerta? — Asentí. —. Vaya... Así que tú eres Hugo. — Revolvió su cabello amistosamente. —. Que dichosa ere My Lady, yo jamás tuve un hermano... — ¿Hermano? ¿Pensaba que Hugo era mi hermano? —. Aún así no comprendo de dónde viene lo rubio... Bugaboo, ¿Imaginas si tú y yo tuviéramos un bebé? — Hizo una osada pregunta tomando su mentón, coqueteando. —. ¿Sería rubio o azabache? — Ambos reímos.
— Creo que eso no pasará gatito... Además, te equivocas. — Dije, segura de mis palabras.
— ¿E-equivocarme? ¿Se puede saber porque princesa? — Arqueó una ceja, mientras yo me metalizaba para su próximo berrinche tras mis palabras.
— Hugo no es mi hermano, Chat...— Sus pupilas se contrajeron y en secuencia sus orejas se elevaron en el aire. —. Él es mi hijo. — Aguantó la respiración por un par de segundos.
— ¿Qué? — Preguntó, incrédulo.
— Ya te lo he dicho, Hugo es mi hijo. — Repetí, nos quedamos en silencio un momento, hasta que él, estalló en risas.
—Comprendo, comprendo. Buen chiste, Bugaboo. — Volteó hacia mí y bajo sus orejas. —. Es una broma, ¿verdad? — Negué. Él dio un suspiro y bajó su mirada.
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• Le Secret • (Corrigiendo)
FanfictionSeis años han pasado desde que Adrien no oye noticias de la única mujer que realmente ha amado. Desde aquella noche donde se perdió el control y los sentimientos se encontraban a flor de piel. Donde muchos secretos quedaron al descubierto, mientras...