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7 años después.

     <<Ya es hora...>>
Despierto sobresaltada por ese sueño repetitivo. Hace semanas que lo tengo. Desde que empezó Noviembre, para ser exactos. En una semana cumpliré años, y que mejor día para cumplir que en el Solsticio de Invierno. Oh, yupi...

     No es que me queje, toda la vida he tenido los sueños mas raros.

     Mi madre, Andrea, nos llevará a mi y a mis hermanos hasta la casa finca de su nuevo novio. Bah. Será divertido, creo.

     Mi hermano ya no vive con nosotras. Creo que eso es bueno ya que molesta más de lo que mi genio aguanta. Claro que Franccesca, mi hermana mayor aunque solo nos llevemos unos meses, si lloró a cantaros cuando nos despedimos de él... Aiden... Nunca nos hemos llevado bien y eso me duele de vez en vez... Es igual.

     Levanté la mirada a la pared frente a mi cama, allí junto al cuadro que tengo desde que nací está una fotografía del único hombre por el cual daría todo... Un hombre que no recuerdo... Un hombre que solo reconozco por fotos e historias... Mi padre.

     –¡ESPERO QUE YA ESTÉS DESPIERTA, CASSIDY! – gritaron desde fuera.

     Aaah, el amor de madre... Me empalaga...

     En unos minutos ya había acomodado mis cosas y salido de la habitación.

     Mi rutina comienza...

***

     Han pasado semanas desde que tuve ese sueño. Hoy salimos a vacaciones de navidad y en dos días viajaremos para la finca. Mas de lo mismo. Un amigo de Franccesca vendrá, es bastante metiche pero qué se le hará... También es gracioso.

     Su novio quería venir pero no se lo permitieron. Fue gracioso ver como se lo llevaba de la oreja su madre.

     Mas de lo mismo... Siempre...

***

     Estamos a unos minutos de llegar, eso dice mi mamá. Tendremos que pasar un lago para llegar.

     Su novio, Josh, nos está acompañando.

     Que vida mas aburrida. Madre que grita hasta por los codos, hermanos problemáticos, antecedentes penales... Baah, que cosas. 

     –Bajese, estúpida – me gritó Franccesca. La mire arqueando una ceja por su bipolaridad. Que tendrá ella con los insultos salidos de la nada ahora. Parece ser una fijación.

     Salgo del carro con mi mochila al hombro y camino hasta la orilla del agua. La corriente de este “Lago”, que tiene mas pinta de río, era fuerte. Como para arrastrar a alguien.

     –No la trates así, Fran – escucho que dice Santiago –. Es tu hermana.

     Franccesca bufa nada delicadamente y lo arrastra lejos con Tomás a remolque. Al final si vino su novio, Santi, y su amigo, Tomás. Yo... Pues yo tengo salud.

     Suspiro y me agachó para tocar el agua. Está fría.

     –Ya nos vamos, Cassy.

     Volteé a verlo.  Santi era un chico lindo casual. Cabello negro, ojos oscuros y alegres, sonrisa fácil, amable... Eramos amigos, claro, pero nunca me gustó interactuar con los amigos de Franccesca. Es, sin mentir, incomodo.

     Subí al bote y miré el agua mientras nos movíamos velozmente y los demás hablaban sin parar. Divagando.

     Es algo que hago mucho. Divagar. Mi mente se va y se va... Suelo hablar sola, también. Yo misma no me juzgaré. Aunque sí peleé conmigo misma a menudo.

Inmortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora