Parte 4

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Su sonrisa figuraba en mis pensamientos. La luz de la mañana acariciaba el contorno de su cuerpo y su cabello se deslizaba suavemente hasta la almohada. Sus ojos brillaban con una oscuridad atrayente  mientras unos labios suaves y gruesos me solicitaban. Sus manos estaban tibias al igual que sus senos, pero era su sonrisa la que me dejaba en silencio. Sus caderas pronunciaban el fuero interno de nuestros deseos más  secretos cuando sus muslos se acercaban a mi cuerpo. Era la criatura más  hermosa que había  conocido, tanto así que muchas veces caí  en la fantasía  de sus prometedoras caricias. Entonces supe que la amé en aquél instante, como la amaré el resto de mis días.

Meses después. ...

Conocí en el bar a una estudiante de intercambio. Su cabello estaba totalmente decolorado,  salvo un mechón azul que procuraba mantener así cada semana, ondulado y corto dejando al descubierto su cuello, en el cual había tres lunares a manera de constelación. Llevaba sus vaqueros rotos y una blusa a rayas de tirantes que cubría con una chaqueta de mezclilla deslavada ( su chaqueta favorita según me enteré después ). Se sentó  en la mesa que estaba  frente a mí y esperó pacientemente a que la mesera distraída llegara a atenderle. De su bolsa extrajo una cajetilla de cigarros y tomó uno con los labios elegantemente para luego mirarme como diciendo "¿vas a ofrecerme un poco de fuego?". A lo que accedí y me acerqué a su mesa.
-¿Puedo sentarme aquí?-dije mientras tomaba la silla más cercana a mí.
-Eso depende de si tienes con qué encenderme.
No nos contuvimos y comenzamos a reír por lo absurdo de nuestras líneas.
- Mi nombre es...

Zoey [...]Where stories live. Discover now