Capítulo 3: "Algo inesperado"

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A la mañana siguiente, Madame Pomfrey llegó como de costumbre muy temprano. Hermione estaba aún dormida, lo único que pudo hacer fue mirarla con tristeza. Cuando estaba a punto de despertarla, una mano fría agarró su brazo. Era nada mas y nada menos que Severus Snape, quien prácticamente le suplicaba con la mirada. Ella se soltó amargamente pero sin brusquedad.

-Necesito hablar, Pomfrey-ella lo examinó con la mirada, ¿acaso estaba arrepentido de todo?. Aún así ella quería acusarlo de semejante barbaridad con el director Dumbledore, o con el ministerio de magia si era posible.

-Tengo poco tiempo-respondió.

-Pero aquí no, venga, acompáñame a mis despacho-le pidió Severus.

Y así sucedió estaban en frívolo despacho que se encontraba en las mazmorras, Severus estaba intranquilo pero debía controlar sus sentimientos si quería que todo saliera bien. Al fin y al cabo todo dependía de su relación con Hermione.

-Hable-pidió fríamente Pomfrey.

-Todos los años que llevamos trabajando y de amistad no te persuadiran que no le cuentes a nadie, ¿verdad?

-No. Severus, tienes que entender que esto no es correcto.

-¡Que no es correcto!-le dió un gran golpe a la mesa-. ¿Que yo ame a Hermione con locura?, ¿que algo tan estúpido como la edad lo impida?-al ver qué no decía nada a lo último-. Es amor, puro y necesario amor...

Madame Pomfrey dejó salir un suspiro-. ¿Algunas vez has pensado en el futuro de ella?, ¿que crees que pasará de aquí a diez años?, tu estarás mas viejo y Hermione seguirá siendo joven y esplendorosa. Pero lo que más me preocupa aquí es que se llevan más de treinta años quizá, y en treinta años más probablemente tu no exisitiras. ¿Que crees que hará Hermione?, se va encontrar sola sola y triste. Tú no podrás hacer nada para consolarla.

Aquellas palabras invadieron la mente de Severus perturbandola. La amaba, como nunca amó a nadie y ahora se encontraba en esta ardua situación. Sintió perder las fuerzas y le pidió a Madame Pomfrey que se retirara.

****

Hermione se despertó de mejor ánimo, incluso tenía fuerzas para ir al gran salón a comer. Pomfrey al verla mejor le dejó salir, pero le recetó algunos suplementos para reforzar su energía.

Se dirigía alegremente mientras tarareaba una canción cuando chocó con algo o más bien alguien.

-Malfoy-dijo extrañada.

-Asquerosa sangre sucia. No puedo creer que estés bien...

¿Qué?, Hermione no había entendido su comentario así que lo omitió. Se despidió del rubio que tenía cara de incrédulo.

Vió que Harry, Ron, Ginny y Neville se encontraban desayunando.

-¡Hola chicos!-los saludó alegremente a todos al tiempo que se sentaba. Todos le sonrieron excepto Ron, obviamente.

-

Veo que ya te sientes mejor-comentó Harry.

-Sí-respondió Hermione-. Esta mañana amanecí con fuerzas renovadas.

-¿Y que era lo que tenías?-preguntó Ginny.

Hermione torció el gesto-. No lo sé, ni la misma Madame Pomfrey supo.

-Bueno, por lo menos estas bien-comentó Neville llevándose una cucharada de caldo a la boca.

-Sí, que bueno que estés bien Hermione-dijo Ron en tono burlesco. Ella se limitó a mirarlo mal únicamente, no entendía la actitud de él. O mejor dicho si la entendía, pero no creía que iba a estar tanto tiempo molesta con ella.

El desayuno transcurrió con normalidad hasta que llegó la hora de clases, para sorpresa de Hermione pociones. Como había estado algunos días ausentes le costaba retomar la rutina, pero lo lograría.

-Buenos días-saludó fríamente Severus, mientras entraba agitando su capa. De le veía mal, dos ojeras hacían contraste en su blanca piel-. Vayan a la página 56

-Profesor-dijo Hermione al tiempo que alzaba la mano-. ¿Pero Armontentia es más difícil, a penas estábamos trabajando en el filtro de amor?

-Yo-dijo con dureza-. Mando en mi clase señorita Granger, si tiene alguna objeción, es mejor que salga de mi clase. Cinco puntos menos para Gryffindor por hablar.

Hermione arrugó el entre cejo, ese no era el profesor que había conocido y del cual se enamoró. Desde que se habían confesado su amor él nunca volvió a ser grosero, ni con ninguno de sus amigos de Gryffindor. ¿Por que ahora?, que estaban a punto de confesar su enamoramiento libremente.

Hermione se quedó mirándolo fijamente, clavando sus ojos en él con intensidad. Severus se removia incómodo, tanto era su desespero que volvió a quitarle puntos a la castaña, cosa que antes era divertido y ahora le molestaba.

-¡Cinco puntos menos para Gryffindor por no hacer nada!-profirió. Pero Hermione lo siguió mirando de la misma manera y mas intenso aún (si es que eso se podía), Severus había empezado a temblar levemente, pero no dejaba que nadie se percatara. Nuevamente le quitó mas puntos lo cual hizo que toda la clase los empezara a mirar con curiosidad. Hermione se paró bruscamente llamando aún más la atención de todos, lo cual hizo que Severus le quitara puntos más fuertemente. Pero Hermione no se inmutó, se salió del asiento y empezó a caminar hacia él, lo cual hizo que Severus empezara a balbusear. Todos miraban con asombro aquella escena, que una alumna como lo era Hermione Granger, prefecta estuviera desafiando de aquella manera a su inusual profesor de pociones.

Hermione estaba muy cerca de él, por lo que Severus dijo bajito un "¿Qué haces?", Pero Hermione iba directa a una cosa, a acabar con cualquier distancia que los separaba, jamás en su vida había sentido tanta adrenalina por lo que estaba a punto de hacer. Agarró con firmeza la ropa de él y lo acercó a ella, entonces ella lo besó ahí, frente a toda la clase quienes los miraban con la boca abierta, sin importarle nada.

Fire 2: Blaze (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora