(PD: No prestar atención al cambio de tiempos verbales)
¡¡¡TENGO MIEDO!!! Me presentaría, pero estoy muy nerviosa para hacerlo. Es mi primer viaje en avión y... no me siento para nada segura. Puede ser que sea por ver muchas películas y series tales como "Lost", pero en parte también es porque soy bastante miedosa.
Bueno, hay que ver el lado positivo, tengo un chico lindo de alrededor de 20 años al lado mío y el viaje dura más de 3 horas. Ésto provocó que estuviese más nerviosa, a tal punto que el chico empezó a hablarme para tratar de calmarme. Cuando me tranquilicé, seguimos hablando para pasar el rato.
Siento que me estoy enamorando y que él empieza a sentir lo mismo. Luego de hablar por más de media hora, nos besamos. Fue hermoso, siento que estamos conectados y que ya conozco todo de él. Hasta que se abre el cierre de su abrigo y... ¡¡¡TENÍA UNA BOMBA!!!
Me dice que me calle porque sino lo iban a atrapar, pero mis sentimientos por él cambiaron, y ahora le tengo pavor. Para poder avisarles a los guardias del avión de ésto, le digo que voy al baño. Pero cuando voy, me vigila. Ahí me dí cuenta de que iba a tenerme en su punto de mira durante todo el vuelo.
Traté de ocultar lo mejor posible mi temor, aunque le negué todos sus intentos de besarme. Una vez que se durmió, traté de pararme sin hacer mucho ruido aún con una azafata que me decía continuamente que volviera a mi asiento. Sin hacerle caso alguno, fui hasta donde estaba otra azafata que me había parecido muy simpática.
Una vez que llegué con la azafata amigable, le conté lo que me había pasado. La azafata (a la que le había dado más miedo escuchar mi historia que a mí vivirla) fue lo más rápido que le permitía su vestimenta con el comisario de abordo.
Éste me "cambió" de lugar y todo siguió tranquilo... o al menos eso pensaba. Porque el joven terrorista lo había matado sigilosamente a los pocos segundos de despertarse, pero alrededor de la mitad del vuelo (cuando pasábamos por el Océano Índico) una azafata vio el cadáver y para cuando empezó a gritar de miedo; estalló la bomba.
Caímos tan rápido del avión que ni siquiera pude agarrar el chaleco salvavidas y, a causa del ruido de la explosión, quedé sorda, sólo escuchando un pitido agudo. Veía el agua cada vez más cerca. Tan cerca. Demasiado cerca...
--Señorita, vamos a despegar.
--¿Qué?-- No entendía nada de lo que estaba pasando.
--Que estamos por despegar-- Me dice una tierna viejita que estaba al lado mío.
--Ah, bueno, bueno. Gracias por avisarme-- Y me quedo pensando en ese extraño sueño que me había puesto los pelos de punta.
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Cuentos que cuentar
DiversosNo siempre se tiene tiempo para leer todo un libro, y mucho menos para escribirlo; por eso acá les traigo: "Cuentos que cuentar".