Mi querida princesa (Lysxsu)(?)

Clase:

Al hacer ruido la puerta de delegados, Nathaniel giró, encontrando entonces a la chica que le causaba impacto también a él al ver sus rasgos, diferente a lo que estaba acostumbrado. Al contacto visual, notó cierto aire de sorpresa y tristeza a la vez, como si un recuerdo crudo hubiera venido a su cabeza de la nada.

—Eh... hola... Disculpa, ¿tú eres Nathaniel? Ah... eh... estoy buscandolo por mi inscripción... — Empezó a jugar con su cabello, apretándolo con nerviosismo y desviando la mirada hacia el piso.

—Si, soy yo.

—Ah, eh... perdón, no suelo estar tan nerviosa. Me llamo Sofia, soy una nueva alumna en este instituto y un alumno que estaba por el pasillo me ha guiado hacia ti porque la directora estaba en junta, eh... ¿mis papeles están en regla? — Nathaniel bajó la vista de inmediato hacia los papeles que traía, verificando la información.

—¿Sofia Sarahi, cierto? Parece que tus papeles están en regla... — Dio un ligero vistazo, aunque se detuvo al ver el nombre, pues en la hoja de inscripción solo venían los dos primeros. — Disculpa, ¿sabes por qué no viene tu apellido en los documentos?

—Ah, eh... pues, no sé, la directora dijo que estaba bien así... Si quieres puedes preguntarle...

—Si la directora te lo dijo está bien, no pasa nada. — El rubio le dio una sonrisa amable, una que terminó por empezar a desestabilizar a la castaña, quien se repuso de inmediato al notar su vista fija. — Bueno, por el momento hay que ir a clases, ya habrá tiempo para un recorrido después... Tu aula es el... aula B, estás en mi clase, grupo 2B. ¿Gustas que te acompañe? Tendrás que esperarme un poco, pero puedes ir tú sola si lo prefieres.

—Si no te molesta, me quiero quedar, no sé dónde está cada cosa del instituto y si me aventuro por mi cuenta temo perderme. — El rubio asintió sutilmente, empezando a ordenar dos pilas de papeles que estaban regados por el escritorio. Al cabo de unos minutos, empezó a desviar su mirada con disimulo para ver a la chica. Tenía algo que lo hacía tener mucha curiosidad ante ella, un aire misterioso que más que incomodar, te hacía sentir cómodo y fresco. Se vio atrapado cuando sus ojos se chocaron, notando así que se había quedado estático viéndola.

—Yo... ehem... Ya terminé, empieza la segunda hora ¿vamos? — Callada, la chica asintió y salió de la sala acompañada por el chico, quien empezó a decirle cuales eran las puertas por las que pasaban para que empezara a familiarizarse.

Al llegar a el aula, Nathaniel entró primero, avisando al maestro Farrés de la llegada de la nueva alumna, quien tímidamente se asomaba por la ventana de la puerta poniéndose de puntitas. Gracias a eso, notó que el chico que la había ayudado hace un rato, quien parecía inmerso en sus pensamientos.

Se alejó de la puerta al escuchar pasos, justo a tiempo para no caerse por la puerta ahora abierta.

—Señorita, entre por favor. — Sin rechistar, entró a la sala, quedando ahora frente a todo el grupo. El pánico empezó a crecer dentro de ella, aunque se tranquilizó un poco al meter la mano a su bolsillo y apretar aquel amuleto que le daba poder sobre sus emociones. — Jóvenes, como ya se habían enterado hace unos días, una alumna nueva llegaría hoy. Les presento a su nueva compañera, Sofia, los acompañará por el resto del ciclo escolar y, esperemos, en los años posteriores. Señorita, por favor, presentese ante su nueva clase.

—Eh... Buenos días, mi nombre es Sofia, tengo dieciséis años y soy nueva en la ciudad, tengo muchos hobbys, aunque hago de todo un poco. — Uno de los chicos que estaban justo al fondo con el cabello color azul levantó la mano, a lo que Sofia miró al profesor.

—¿Si, Alexy?

—Quiero preguntar algo, ¿eres de esta zona del país?

—Ahm, pues... — Miró a su profe, quien asintió para dar permiso del habla. — Soy de un lugar un poco lejos de aquí... Serían unas doce horas en tren... — Pudo notar algo de sorpresa en el rostro de sus nuevos compañeros, quienes empezaron a hacer más preguntas.