La curiosidad era tanta, que no dormí.
Me quite nuevamente ese oxigeno molesto y acomode la almohada para poder sentarme bien. Pase la noche observando la ventana, con ese hermoso bosque en ella, con es hermoso universo, mientras pensaba en Elizabeth una y otra vez.
La madrugada empezaba a pintarse en el cielo, y tomando unos segundos de cordura me decidí, y quise levantarme para buscar a esa niña que me había salvado de una forma admirable. Me lavante nuevamente descalza, y camine mientras arrastraba el suero con migo, rebuscando en el pasillo cualquier señal de ella.
Nadie me prestaba atencion, pues sea dia, noche o madrugada todos corren para salvar vidas. Pregunte por ella a las enfermeras, pero las muy estupidas siempre me ignoraron. Asi que opte por mi misma y mire en cada una de las habitaciones del pasillo, me sorprendio ver tantos heridos recuperandose. Por suerte mia, me encontraba en rehabilitacion, y no en urgencias, porque de seguro me habria delatado sola.
Algunos de ellos estaban despiertos, otros dormidos, y una gran parte observaba el techo casi sin parpadear.
Me tope con una habitacion vacia, y entrando a ella con cuidado, sin dejarme ver, cerre la puerta acercandome lentamente a la camilla que estaba destendida. Al lado de la camilla habia una escritorio, y sobre el, unos papeles con un nombre escrito: Elizabeth Tomilson.
Senti un escalofrio en todo el cuerpo, el cual se hizo mayor cuando escuche que la puerta se abrio, pero para mi desgracia, o alivio, era el mismo doctor que me habia hablando un dia antes. Deje los papeles rapidamente en el escritorio y lo mire aterrada, el solo se acerco y se sento en la camilla haciendome señas para que me hiciera a su lado. Su sonrisa era unica, y transmitia paz. Sus canas reflejaban la experenciencia que llevaba como profesional, como persona. Y eso era de admirar.
-Mi niña -dijo- , ¿Sabes porque estas aquì?- me miro profundamente, a lo que yo corrí la vista.
Negue con la cabeza un poco timida mientras miraba el suelo y movia los pies. -No-, conteste mientras levantaba un poco la cabeza para mirarlo avergonzada.
-Mira tus piernas, abdomen, y brazo izquierdo.- Susurro logrando que mirara.
-Solo son cicatrices -Refute mientras las tape.
-Exacto, son cicatrices. Pero ahora, toca tu cuello en la parte derecha.
Lo mire confundida, pues no recuerdo haberme hecho nada en esa parte del cuerpo, asi que roce mi mano y la pase delicadamente por mi cuello, mientras fruncia el seño. Me tomo por sorpresa sentir una venda en el, pero no hice ninguna expresion.
-Querias morir, ¿No es asi? -Dijo poniendo su mano en mi hombro mientras me miraba con sus ojos de ansiano sabio.
No supe que responderle, realmente si queria morir. Pues mis cortes, ademas de sangre, tenian ese proposito. No me curaba ni nada, porque tampoco eran demasiado profundos, solo esperaba a que el destino decidiera si me desangraba o si la herida cerraba. Pero antes de lastimarme, tomaba pastillas. Las cuales me producian sueño, y me agradaba porque asi evitaba la realidad muy seguido. Luego de pensar un buen rato la respuesta, decidi ser un poco sincera con èl, pues era el unico que no me habia ignorado.
-Si. O bueno, eso creo. Realmente no estoy segura de que es lo que quiero.
-Bien, ahora..¿Quieres contarme porque?. No es común que una persona quiera matarse, no si su autoestima es alta. ¿Que paso pequeña?, quien te hizo tanto daño como para que decidieras acabar con tu vida.
Le observe y renegué con la cabeza mientras suspiraba.
-No puedo hablar, lo siento.
-Porque, ¿Acaso alguien te lo impide?
-Yo me lo impido.-Dije mirándolo fijamente, a lo que el respondio con un suspiro.
-Cuando una persona intenta acabar con su vida, después de recuperarse en el hospital, la llevan directamente al Psiquiatra, en este caso no existe el psicólogo. Pues la muerte es un caso grave, no leve.
Suspire, porque esa clase de citas ya eran costumbre. Nisiquiera me molesto.
-¿Cool?- dije sin darle importancia, pero el noto mi sarcasmo.
-No, no es cool. Porque a el tendrás que contarle todo, y espero, seas sincera.-Sonrió tiernamente mientras palmoteo mi espalda un par de veces- Por el contrario, te doparan y sobreprotegeran, quizas, te internen para estar pendientes de que no vayas a intentarlo otra vez.
-Esta bien, Doctor. Intentare ser buena persona con ellos.
-No lo intentes, ya lo eres.
¿Porque un ansiano, que no sabe nada de mi, iba a decirme que soy buena persona, cuando no tenia ni idea de que fui yo quien corto a Elizabeth a propósito, y luego lo hice casi inconsciente con migo?
-No, no lo soy. -Sonrei fingida y me pare dandole la mano para que el pudiera pararse.
Recibio mi mano con agrado y acomodo su bata. -Si, yo conozco la verdad.-Me guiño el ojo y salio de la habitacion para seguir con su trabajo. Me asusto, porque senti en el interior que realmente la sabia, Quizas su experiencia le ayudo, o no le creyó a Elizabeth. Puede ser que algunos de mis psicologos le hubiese contado de mi, o de seguro era brujo.
El tiempo paso, en el hospital estuve unas cuantos dias ''Recuperandome'' de algo que no me dolia, pero tenia que estar ahi porque el Psiquiatra se encontraba en el hospital, y me observaba con la camara que habia en el cuarto. Me cuestionaba siempre, y fingi mucho. Invente muchas cosas, no fui sincera con el porque no queria serlo. No vi mas al doctor, y me asombro que no me visitara al menos. Mi madre iba casi todas las tardes, y mi hermano menor llevaba carros para que jugaramos los dos. Con el tiempo, esos dias se convirtieron en meses, y cuando finalmente mi cuello sanò y mi ''mente tambien'' decidieron que estaria mejor. Nadie supo de mi adiccion en ese hospital, solo mamà cuando me desahogue. Pero ninguna de las dos toco ese tema de nuevo. Cuando llegamos a casa, mamà dijo que en esos meses habia decidido cambiarme de colegio, por miedo a que me juzgaran mas y el caso de bullying fuera severo. No me agrado mucho la idea, pero la acepte por respeto a su temor.
Ahora tenia que enfrentarme a nuevas personas, nuevos miedos, nuevas materias, y nuevos lugares. Le dije que si iba a cambiarme, que me dejara decidir en cual queria estar. Acepto, y decidi la preparatoria que se encontraba mas cerca a ese bosque.
Desde entonces no me ha dado ansiedad, porque me la paso huyendo de las personas. Hemmings es mi primer amigo, y todo empezo tan mal.
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MI CUPIDO SE DROGO.
Teen FictionSolo se vive una vez, así que vuélvete un maldito loco. Así tengas que terminar en el manicomio, como yo..