Elizabeth.

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NARRA SAMANTA:

Cuando vi a Luke con sus labios untados de sangre..sentí.

Sentí como nunca, y me asuste por ello. Realmente no entiendo que sucedió, se supone que ya no debería afectarme el ver sangre..no debería recordar nada, ni sufrir. Pero sentirla cerca me destruye, y mas cuando ella habita bajo mi piel.

¿Què màs podía hacer yo, que no fuera huir?, si al fin y al cabo tenia un amigo..no quería darle una mala impresión de primerazo, aunque ya le había dado bastantes antes. La diferencia era que esta vez era mi amigo, y protegerlo me hacia sentir especial.

Nosè que sucedera mañana..si le saludare, o le ignorare como siempre. Quizas esto de tener amigos no me conviene, o mejor dicho..no le combiene a el si su amiga soy yo. -Pensè- Porque no es justo encerrarlo en mi carcel, no es justo dañarle asi, èl es..sano. Si llego mañana con mi indiferencia quizas no le extrañe, pero si tendre que soportarlo preguntar.

Porque eso le encanta a el, cuestionar todo. Creo que no estare en clases por ahora, solo ire al colegio para observarlo..porque tambien me gusta cuestionarlo todo, y tengo curiosidad de saber como seran las cosas mañana. -Decía para mi en una sola voz, mientras me calmaba un poco y tomaba aire lentamente, el corazón me latia rapido y las ansias crecían, pero no debía buscar ayuda, yo..solo debía huir, como de costumbre.

Cada que daba un paso, el reloj avanzaba un segundo. Ya no corria, pero caminaba muy rapido mientras miraba el suelo. Esta vez la carretera parecia eterna, sentia que habia pasado bastante tiempo, pero nada que llegaba al bosque.

Despues de acusarme una y otra vez por lo ocurrido anteriormente, recorde haberle dicho que yo no era humano. Pero tampoco era vampiro, nono.

Yo solo era una adicta. Adicta a una droga muy propia. Una que mi propio cuerpo fabrico, y que dia a dia me hacia imposible el vivir. Estuve en varios problemas por ello anteriormente, en mi antiguo colegio no lograba controlarme, solo aparecian las ansias y buscaba la manera de ahogarlas mientras todos me juzgaban, porque lo hacia en publico. Asi que empece a cortar mis brazos, mis piernas, mi todo, para satisfacerme. Pero no servia de nada. Solo me hacia sentir menos humana y dolia, aunque siempre haya aborrecido esta raza. Dolia, porque nisiquiera era capaz de aceptar mi naturaleza. Yo solo me odiaba, y a todo mi entorno en si. Sufrir de ansiedad y depresion puede dejarte sin amigos. Es experiencia propia, porque nisiquiera salia de mi habitacion en el dia. Ya no iba al colegio y quede retrasada dos años por eso, no queria amigos, no queria familia, no queria un Dios ni un satanas. No queria, no queria nada.

Corte a una compañera en una mañana. Porque me sentia un animal, y no me importo su dolor. Solo entre al baño un poco ansiosa, recuerdo bien que era madrugada aun. La vi lavándose las manos y reaccione de una forma extraña. Pues solo estaba ella, y yo. La crei mi presa, y arrinconandola contra la pared rasgaba su piel mientras me valia una mierda sus gritos de angustia. La corte, la corte muy feo. Pero yo no queria lastimarla, solo pense que debia compartir un poco de su sangre, como lo haria un humano solidario. Y en este caso, recuerdo que ella era buena.

Cuando la sangre salio de sus manos y brazos empece a untarla en mi rostro como si no hubiese mañana. Empece a llorar porque me senti un mountro, y lloraba mientras la provaba y ella huia para acusarme. LLore y me recoste en la pared mientras agarraba mi pelo, no entendia porque mi cuerpo pedia algo tan sadico. Cada vez me odiaba mas, porque creia haber nacido para destruir. A los pocos minutos entraron mas niñas, y me vieron en el piso algo aterradas mientras salian a pedir ayuda, pues en su inocencia creian que yo estaba herida, y no sabian lo que habia acabado de ocurrir, asi que buscaron a profesores y todo lo que se encontraron a su alrededor. Solo querian socorrerme mientras yo gritaba de desesperacion, pues hasta ahora empezaba a sentir culpa y queria remediarlo todo, queria salir de ahi y esconderme para que nadie viera mi rostro.

MI CUPIDO SE DROGO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora