8. Olvidando [1/2]

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Cuando llegó al colegio el timbre del lugar resonó por todas partes y los alumnos salieron apurados cada uno de sus respectivos salones. Por lo que Stan podía ver, había llegado justo a la hora del almuerzo.

Caminó entre los alumnos buscando la verde mirada de su mejor amigo, debía mostrarle esa hoja, ya no tenía muchas opciones para lograr algo con el, pero aún así no planeaba rendirse.

Pasando al lado de desconocidos y de amigos buscaba con esperanza a su amigo, pero no lograba encontrarlo en ningún lugar, hasta que logró ver una vieja y gastada parca naranja y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

— ¡Kenny! ¿Tienes alguna idea de donde está Kyle? Tengo algo muy importante que decirle y...— Stan llegó al lado del inmortal y le miró confundido al notar que no se inmutaba ante su persona, y seguía caminando en dirección del casino— Oye, te estoy hablando — Stan se ganó en frente del joven rubio— ¿Porqué no-

Un escalofrío recorrió el cuerpo del azabache y el del rubio, ambos se quedaron quietos por un segundo y luego el rubio siguió caminando. Stan se quedó perplejo en su lugar, ¿es que acaso no lo había visto? El miedo y la incertidumbre se apoderaron de su cuerpo y rápidamente se giró para seguir al rubio otra vez.

— ¡Kenny! — El azabache se acercó hacia el nombrado y trató de agarrarlo del brazo, pero su mano simplemente lo traspasó— ¡Esto no es divertido! ¿¡Porqué carajos me estás ignorando!?— Volvió a pararse frente al joven rubio, pero este siguió su camino normalmente y simplemente lo traspasó— ¡¡R-Respóndeme!!

El chico de la parca naranja finalmente se fue a sentar con su pareja y en ningún momento pareció haber notado la presencia de Stan. Lo cual molestó de sobremanera al azabache.

Stan simplemente negó resignado con la cabeza y sujetando firmemente el papel en su mano corrió hacia el patio, con la esperanza de que Kyle se encontrara sentado en una de las bancas de afuera.

Para suerte del pelinegro, Kyle se encontraba recostado sobre un árbol, leyendo un libro que siempre llevaba consigo y ajustando de vez en cuando su bufanda debido al viento que corría esa tarde.

— ¡Kyle! — El nombrado alzó la vista apenas escuchó la voz del azabache y Stan nunca se había sentido tan feliz en su vida. — Kyle me alegra tanto que-

Pero su felicidad se fue rápidamente al ver como el pelirrojo se levantaba de golpe del suelo y le lanzaba su libro con cierto miedo en la mirada.

— ¿¡Qué mierda quieres!?— Kyle se mostraba alarmado, logrando que la confusión en el azabache aumentara— ¡Vete! ¡No quiero volver a verte!

— O-Oye ¿Estás bien?— Stan alzó sus manos en forma de paz, tratando de calmar al pelirrojo— Que yo recuerde no te he hecho nada malo...

— ¡Por supuesto que si lo has hecho! ¡Maldita sea! ¡Desaparece de una vez!— Kyle caminó en dirección de su libro y lo levantó con sumo cuidado, tratando de calmar la frustración que crecía en su pecho– N-No eres real... Sólo eres un invento de mi cabeza, algo que cree para llenar el vacío que sentí al perder a mi mejor amigo.— Stan le miró con los ojos abiertos de par en par.

— Kyle, creo que esto ya lo habíamos hablado con Kenny y-

Kyle se levantó del suelo nuevamente y miró a Stan con tanta rabia que el azabache prefirió callar.

— Eso fue sólo un sueño, ¿lo entiendes? ¡Nada de esto es real! ¡Tú no eres real!— Kyle agarró ambos extremos de su gorro y comenzó a negar con la cabeza— Sólo vete ¿quieres? Ya me has estado jodiendo la vida por mucho tiempo.

— Kyle...

— Vete.– Y sin más que decir el pelirrojo comenzó a caminar en dirección del colegio.

— No me puedo ir, tengo algo muy importante que decirte— Stan trató de agarrar del brazo a Kyle, más su mano sólo logró traspasarlo— Ky, por favor espera, esto es muy importante...— Kyle suspiró molesto y se giró para ver a Stan, quien apoyaba su peso de un pie a otro y jugaba nervioso con un pequeño pedazo de papel entre sus manos. Un leve sonrojo apreció en las mejillas del pelirrojo al ver al contrario tan nervioso.

— N-No.... No eres real— Kyle apoyó una mano sobre su rostro y trató de calmar su respiración agitada— ¡No eres real! ¡Vete de aquí! ¡Déjame en paz!

— Pero yo-

— ¡NO! ¡YA CÁLLATE Y LÁRGATE DE AQUÍ!

Kyle volvió a alzar su mirada y sus ojos estaban llenos de lágrimas, pequeñas y cristalinas gotas saladas que caían suavemente sobre sus mejillas.

— S-Sólo vete... ¿No ves el mal que me haces al estar aquí? Y-Yo...— En un rápido movimiento se limpió las lágrimas de sus mejillas e inhaló profundo— Debo superar la ida de Stan, el fue mi mejor amigo, la persona que más quise en el mundo, incluso... Incluso pensé.... Que el... Podría algún día llegar a ser mi pareja, pero... E-El ya no está... Se fue, y nunca volverá...— las piernas de Kyle comenzaron a temblar, y en menos de un segundo, ya estaba arrodillado en el suelo, dejando que las lágrimas y los sollozos escaparan finalmente de su garganta— Lo amaba tanto...

Stan se quedó estático en su lugar, el ver a su amigo asi de destrozado lo rompía a el también. Quería llorar, quería demostrarle que era real, pero las lágrimas no salían, y su persona seguía siendo un ser invisible para todos.

— Kyle...— Stan se agachó para quedar cara a cara con el nombrado y, en un tímido movimiento, puso su mano sobre la mejilla del pelirrojo, las yemas de sus dedos de volvieron trasparente por el tacto con la mejilla y Kyle se estremeció levemente. — Kyle, por favor, escúchame.

– No hagas esto más difícil— Kyle apoyó suavemente su mejilla en la mano del azabache, honestamente no lograba sentirle, pero una sensación de cosquilleo rodeaba su mejilla en donde estaba la supuesta mano, logrando que sus lágrimas fueran menos al caer— Te extraño, y te extrañaré por lo que me quede de mi vida, pero...— el pelirrojo se levantó del suelo y limpió sus ropas, Stan imitó su acción y ambos se quedaron mirando por unos segundos que parecían ser eternos— No quiero vivir en un engaño para siempre.

Stan miró a Kyle con la tristeza marcada en sus ojos. Asintió, simplemente asintió ante las palabras del contrario y esperó que este hiciera algo en respuesta.

Kyle sonrió de lado y se acercó un poco hacia Stan para poder besar su mejilla, aunque fue un toque muy leve, ambos lograron sentir una cosquilleo en su interior.

— Adiós Stan— Susurró Kyle tan cerca de su rostro que Stan lo sintió como un momento demasiado íntimo como para ser compartido.

Pero ese momento dejó de ser íntimo y mágico cuando el pelirrojo se fue en dirección del colegio, mientras que Stan se quedó como estatua en su lugar, manteniendo su mirada en la nada.

Y ahora, ¿qué se supone que iba a hacer?

Volviendo a sentir [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora