COMO SI NO HUBIERA MAÑANA (Robert Downey Jr)

CAPITULO IX

robert:
Ya había pasado exactamente una semana desde aquel día, entre ellas, que se había programado la primera reunión con mis ya oficial socios Craig Tower y hoy se llevaría acabo la junta a las 9:00 am.

Ordene las mejores rosas rojas situadas cerca de mi escritorio, me vestí con las mejores prendas de mi armario, como siempre. Y llegue veinte minutos antes, pues quería tener todo en orden y bien planeado.

—señor han llegado los socios —anunció mi asistente.

—Hazlos pasar — ordene.

katherin:
No me sentía segura de lo que venía a hacer aquí, en primera por qué mi padre había tenido que ir de imprevisto a la corte con el juez, solo me acompañaba su asistente Mr. Cairo, por suerte.

En segunda: Chris desde el sábado por la noche había viajado a California de vuelta, tenía que terminar el proyecto del edificio en Japón, y yo por el momento era mano derecha de mi padre, pues en un mes se iría a Atlanta a grabar una película. Si o si tendríamos que terminar este proyecto hoy mismo.

—Dime que hago lo correcto — le dije a Mr Cairo.

—Por supuesto señorita Evans, debe tranquilizarse—

— Mi padre ya te ha contado? o no tienes ni la menor idea — pregunté

—Solo me contó un poco de por qué usted o mejor dicho su esposo no está de acuerdo, pero tranquila por eso su padre ha ordenado que la acompañe yo —

Recién llegamos a la empresa y una mujer de tez morena nos esperaba en la recepción, no sin antes obtener un gafete con nuestro nombre ya que no cualquiera caminaba por estos pasillos largos y carísimos.

—Adelante, el señor Downey los espera — dijo la mujer. Caminamos lo suficiente, solo se escuchaban mis tacones sobre aquel mármol bellísimo. Llegamos a una gran puerta de madera donde solo giró la manecilla y en un abrir y cerrar de ojos pude ver el interior de esa gran y conocida oficina.

— Adelante — logre escuchar desde el interior. Pase rápidamente y por detrás venía Mr Cairo.

— Qué tal Robert — salude, este se puso de pie en seguida y camino hacia mí, la verdad es que su oficina era muy grande y sus compartimentos tenían bastante distancia. Tomo mi mano y la agito; sin olvidar mencionar como me mostró esa linda dentadura sonriéndome.

—Hola Katherin, que bien te vez — exclamó después del saludo, evite ese comentario al presentarle al asistente.

— El es Mr. Cairo, veraz mi padre no pudo asistir por un imprevisto en la corte —

— Mucho gusto, y no te preocupes imprevistos a cualquiera, así que sin más tomen asiento — antes de poder tomar la silla Robert se adelantó y me hizo el favor, lo mire y este sonrío — por favor Katherin — suplico, asentí ante su caballerosidad y tome asiento, para después el volviera a su lugar.