COMO SI NO HUBIERA MAÑANA (Robert Downey Jr)

CAPITULO XXXIII

De camino fue aproximadamente una hora, un poco retirado de mi residencia, pero lo recompensaba esa emoción de mi hijo al llegar a esa casa cerca del lago.
– Llegamos, desabrocha el cinto y sabes cómo bajar – exclamé

– ¿Podré darle de comer a los patos? Y comer galletas con Rosemary? – preguntó

– Seguro qué si – respondí.

No era tan seguido llegar de sorpresa, y cuando lo hacía quizá era por ciertos motivos. Mi padre lo sabía, el resto no.
– ¡¡¡Exton!!!– dijo Rosemary emocionada

Este fue hasta sus brazos y le depositó un beso en su mejilla

– ¿como están? – pregunté

– Muy bien, tú cómo estás Bob? – preguntó dándome un abrazo

– Perfecto, hemos venido de sorpresa –

– Ya veo. Pasa querido, Robert está en la sala –

Entre a casa y ahora exton estaba sobre este.

– Hey viejo –

– Qué tal hombre — dijo chasqueando mi espalda.

– ¿Papá puedo ir con los patos? Siiii –

Asentí y en seguida Rosemary se encargó de ir con el, pues hace tiempo que no se veían.
Me senté de repente y suspire.

– De sorpresa he – dijo mi padre

– Ajá – respondí

– ¿qué pasa? –

– Viejo, no vengo a abrumarte con mis problemas, sino a visitarte, a que vieras a mi hijo –

– Al fin de cuentas seguirás siendo de mi sangre, ¿que mierda hiciste ahora? –

Tome una bocada de aire y era mucho más difícil decirlo que pensarlo, estaba apunto de confesar lo que mi padre tanto temía y me advirtió al momento de comprometerme.

– Susan y yo vamos a divorciarnos –

– ¿Qué?. Hablas enserio –

– Si – respondí

Pasó sus manos por sus cabellos blancos

– Papá es solo un divorcio, no es el fin del mundo –

– Lo es, para el niño. ¿Qué pasará con el? Por eso mismo no quería que te pasara lo mismo que a mí, que ahora mi nieto viviera lo que tu viviste —

– No lo meteremos en nuestros problemas, ni envenenaremos sus dulces pensamientos, si fuera así créeme el no estuviera aquí, ahora –

– Te soporto lo suficiente –

– Esto ya llevaba tiempo y apenas hoy por la mañana exploto. –