(Punto de vista de Maya)
Salió disparada de clase sin molestarse en decirle nada a Riley, después de todo, estaba enfadada con ella por lo que le había dicho. "¿Qué no tengo motivos para levantarme por las mañanas?" se repetía una y otra vez, "pues al contrario que a ella, a mí no me cuesta nada levantarme ¿Quién tiene motivos ahora?" resopló. Iba tan sumida en sus pensamientos que no escuchó a Farkle llamarla y cuando el chico le puso una mano sobre el hombro casi le tira.
- Farkle - dijo sorprendida - perdona, no me había dado cuenta de que eras tú.
- Me lo he imaginado, no te preocupes - miró a su amiga preocupado - ¿No vienes a Topanga's hoy?
- No tengo ganas, Farkle - respondió Maya reanudando su camino.
- Bueno, entonces deja que te acompañe a casa - pasó un brazo por sus hombros - Maya, sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea ¿verdad?
- Lo sé - la chica cerró los ojos - pero no tengo ganas de hablar ahora mismo.
- Por suerte para ti, no hace falta que hablemos - el chico le dedicó una sonrisa - eres una de las pocas personas junto a la que puedo caminar en silencio sin que resulte incómodo.
- ¿Y eso por qué?
- Porque cuando quieres a alguien, a veces sobran las palabras.
Caminaron en silencio, hombro con hombro, era extrañamente reconfortante para Maya tener a Farkle cerca. La chica sonrió y el chico se percató de ello.
- ¡YAY! - exclamó - he conseguido que sonrías.
- Gracias, Farkle - dijo Maya dedicándole otra sonrisa a su amigo.
(Punto de vista de Riley)
- ¿Dónde está Maya? - preguntó Zay cuando llegaron a la cafetería - pensé que ya estaría aquí cuando la vi salir corriendo.
- Riley - la llamó Lucas y ésta esbozo una sonrisa tonta - ¿Dónde está Maya?
- No lo sé - sacudió la cabeza - creo que se ha enfadado conmigo por algo que le dije.
Zay se llevó las manos al pecho y descompuso la cara del susto. Lucas por su parte sólo abrió los ojos de sorpresa.
- ¿Qué? - les preguntó la chica frunciendo el ceño ante sus reacciones.
- ¿Maya y Riley peleadas? - dijo Zay - debe ser el fin del mundo - corrió por toda la cafetería agitando los brazos como un loco.
- ¿Qué ha pasado Riley? - preguntó Lucas mientras tanto.
- Maya no tenía razón en algo y le di un argumento lo bastante sólido como para que se diera cuenta de que estaba equivocada.
- No parece propio de Maya - comentó el chico pero no siguió preguntando.
Riley se quedó sumida en sus pensamientos, Lucas tenía razón, no era propio de Maya reaccionar así cuando alguien le llevaba la contraria y menos, si ese alguien era su mejor amiga.
- ¿A qué viene todo este alboroto? - dijo la madre Riley volviendo de la trastienda.
- Señora Matthews - llamó Zay - es el fin del mundo ¡Maya y Riley se han peleado!
- No nos hemos peleado - intervino la chica molesta, aunque empezaba a preocuparse, quizás había sido demasiado dura con Maya.
- Chicos, creo que es hora de irse a casa - dijo Topanga a Lucas y Zay que se despidieron de Riley y se marcharon - Cariño ¿qué ha pasado?
Riley se sentó mirando a su madre en busca de ayuda, pero no sabía cómo empezar. De repente se sentía estúpida por haberse sentido bien por tener la última palabra en la discusión con Maya.
- Mamá, yo solo... - las lágrimas inundaron sus ojos y se refugió en los brazos de su madre antes de ser capaz de contarle lo que había pasado.
(Punto de vista de Maya)
Hacía un rato que Farkle se había ido y Maya se había puesto a pintar en un intento por despejar su mente y relajarse. Quería terminar el dibujo que había empezado esta mañana en la clase de arte pero no conseguía el color que necesitaba y se estaba frustrando más.
- Corazón - la llamó su madre desde la puerta - ¿Estás bien?
- Sí, mamá - soltó un bufido - es que no consigo el color que quiero para mi dibujo.
- ¿Estás segura de que sólo es eso? - le acarició el pelo con cariño y mientras Maya asentía, Katy miró lo que estaba pintando - es precioso Maya.
- ¿Te gusta?
- Sí - le dio un beso en la cabeza y antes de irse añadió - sobretodo ese pequeño gato morado.
Maya abrió mucho los ojos y se fijó en el gato, casi ni se había dado cuenta de que lo había pintado. Miró el dibujo, esa ventana era el reflejo de muchas cosas, no sólo de ella misma. De repente, se sintió estúpida por haberse enfadado con Riley por lo que le había dicho, no tenía sentido. Pensó en su mejor amiga, era bastante diferente a ella quizás por eso encajaban tan bien, como las piezas de un puzzle. Ella la complementaba, con ella alcanzaba el perfecto equilibrio. Ella era el motivo por el que se levantaba por las mañanas. Parpadeó sorprendida por su descubrimiento y bajando de nuevo la mirada a su dibujo, supo cómo conseguir el color que le hacía falta.
[...]
Subió las escaleras de emergencias por segunda vez en el día y no sólo volvió a encontrarse con la ventana abierta, sino que Riley estaba sentada en ella esperándola.
- Hola - la saludó a la vez que entraba en la habitación de su mejor amiga.
- ¡Maya! - la abrazó con fuerza - siento mucho que hayamos discutido, a veces soy muy cabezota.
- Yo también siento haberme enfadado - contestó - Riley, ser soñadora no es nada malo pero tienes que entender que yo soy como soy...
- Lo entiendo y te quiero tal y como eres - la interrumpió la morena.
- Riles, déjame terminar - la chica esbozó una sonrisa de disculpa - yo no soy soñadora porque es una manera de protegerme de la decepción, no espero nada de la vida y así la vida no tiene nada que negarme - tragó saliva - pero esta tarde me he dado cuenta de que sí que espero algo, de que tengo un motivo por el que levantarme por las mañanas - notó que se sonrojaba - mi motivo eres tú, Riley - la miró a los ojos - tú me haces levantarme y querer ser mejor, superarme a mí misma, que tengas esperanzas en mí es lo que me hace tenerle menos miedo a soñar - su amiga le agarró la mano con suavidad - así que, sí, Riley Matthews, tengo algo por lo que levantarme por las mañanas.
- Gracias, Maya.
- ¿Por qué? - la chica la miró confundida.
- Por dejarme ser tu esperanza - la abrazó con fuerza - te quiero.
- Y yo a ti, Riles.
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El equilibrio perfecto (Girl Meets World - Rilaya)
FanfictionTopanga y Cory las miraban hablar en la ventana de la habitación, como tantas otras tardes desde hacía muchos años. - ¿Crees que se darán cuenta pronto? - preguntó Cory en un susurro a su mujer. - No lo sé - confesó mientras sonreía al ver a las chi...