(Punto de vista de Riley)
Después de clase se encerró en su habitación, no le apetecía hablar con nadie ni estar con nadie, Farkle tenía razón, tenía que tener paciencia y no sacar conclusiones precipitadas, Maya volvería y podrían afrontar eso como siempre habían afrontado cualquier cosa, juntas.
Comenzaba a anochecer y no había rastro de su amiga, por mucho que lo intentaba no podía evitar preocuparse. Su madre había tratado de distraerla, de hablar con ella, pero no podía, no necesitaba los abrazos de Topanga, necesitaba los de su Maya.
Estaba tumbada en el suelo de su habitación mirando el techo, pensando que ese día ya no vería a su mejor amiga, cuando unos suaves golpes en la ventana la sacaron de su mundo. Alzó la mirada y sus ojos oscuros se toparon con los verdes de su mejor amiga.
- ¡Maya! - exclamó antes de levantarse corriendo para recibir a la rubia con un abrazo una vez entró en la habitación - ¿Estás bien? Me tenías preocupada.
- Sí, sí, estoy bien - empezó a hablar - perdona que haya desaparecido así, Riley, pero necesitaba tiempo para pensar y aclarar mis ideas.
- Lo entiendo.
Se quedaron calladas un momento mirándose y entonces hablaron a la vez.
- Tengo algo que decirte - ambas rieron tímidamente.
- Empieza tú, Maya - la animó la morena sentándose en la ventana a la espera de lo que su amiga tenía que decirle.
(Punto de vista de Maya)
"Maldita sea" pensaba Maya "justo ahora me tengo que poner nerviosa", las manos le temblaban y quizás también las piernas, pero como estaba sentada no estaba segura. Nunca se había sentido así con Riley, ella era quien le inspiraba confianza y seguridad, pero ahora mismo estaba aterrada.
- No tienes que preocuparte por nada - dijo la morena intuyendo el estado en el que se encontraba su amiga, colocó una mano sobre las suyas - no voy a irme a ninguna parte.
Y con ese gesto y esa frase, Maya comenzó a hablar.
- Riley esto no es fácil para mí - suspiró - tenía un discurso estupendo preparado pero ya lo he olvidado - miró a su amiga y vió esos ojos oscuros en los que le gustaba perderse transmitiéndole la fuerza que le faltaba - el motivo por el que me he ido es que no puedo seguir fingiendo que no pasó - tragó saliva - no sé en qué momento ha ocurrido pero me he enamorado de ti, no sé si fue aquella tarde en la que me dí cuenta que brillabas a las 17:30 con el sol bailando por tu piel, o si fue cuando inconscientemente pinté un gato morado en mi proyecto de arte, o si acaso lo he estado siempre, pero sí tengo una cosa clara y es que no quiero perderte, sé que esto complica seriamente nuestra amistad, que tú estás con Lucas y yo no quiero interponerme entre vosotros, pero necesitaba decírtelo, necesitaba que supieras que ese beso sí significó algo para mí, Riley, aunque intentase demostrar que no, y que no siento nada por Josh, a parte de quererlo como si de un hermano se tratase.
Maya no había apartado la mirada de los ojos de Riley en ningún momento, quería que viese reflejados en sus ojos verdes la verdad de las palabras que le estaba diciendo, que la quería y que no quería perderla.
- Maya, yo...
Se escuchó un golpe al otro lado de la puerta de Riley y ambas amigas se miraron sin entender, la morena se levantó, abrió la puerta y tanto su padre como su tío Shawn cayeron dentro de la habitación entre quejas.
- ¡Cory, me estás aplastando!
- ¡Y tú me has dado una patada, Shawn!
Topanga carraspeó en cuanto apareció por el pasillo para ver qué era todo ese ruido. Ambos hombres se miraron, miraron a Topanga y por último, miraron a Riley y Maya que los miraban con el ceño fruncido.
- ¡Ups! - dijeron los dos a la vez poniendo cara de disculpa antes de levantarse y salir corriendo de allí, seguidos de Topanga que se disponía a regañarles como cuando eran pequeños.
(Punto de vista de Riley)
- Hay cosas que no cambian - suspiró Riley cerrando la puerta de su cuarto y chocando con Maya cuando se dió la vuelta.
Ambas estaban muy cerca, Maya la había sujetado por la cintura para evitar que cayera y Riley se aferraba a los hombros de esta. Inmediatamente ambas se separaron un poco avergonzadas. La morena vió cómo se sonrojaba su amiga y no pudo evitar pensar que era lo más adorable que había visto nunca.
- Maya, yo...
Esta vez el estruendo vino desde las escaleras de emergencia, cuando ambas se asomaron, vieron a todos sus amigos allí sentados pegando la oreja como antes habían hecho Cory y Shawn en la puerta.
- ¿¡Es que aquí no se puede tener ya intimidad!? - exclamó la morena ante la divertida mirada de sus amigos que salieron corriendo escaleras abajo.
Cuando por fin parecía que todo estaba tranquilo, se sentaron de nuevo en la ventana y Riley tomó la palabra un poco nerviosa y deseando que nadie más la interrumpiera.
- Maya, yo quería decirte que ya no estoy con Lucas.
- ¿Cómo? ¿Por qué? - la rubia exclamó sorprendida - ¿Es mi culpa? - Riley sonrió a su amiga con cariño viendo que esta se sentía mal ante esa perspectiva.
- Es tu culpa en cierta medida - Maya frunció el ceño sin comprender.
Riley sin poder contenerse, tomó el rostro de su mejor amiga entre sus manos y la besó con suavidad. Cuando se separaron, ambas estaban coloradas.
- ¿Esto significa lo que yo creo que significa? - se atrevió a preguntar la rubia.
- Sí, Maya - rió la morena - yo también estoy enamorada de ti.
- ¡¡BIEEEEEEEN!! - se escuchó el grito al otro lado de la puerta de la habitación seguido de varios sonidos mandando a callar.
De nuevo ambas amigas se dirigieron a la puerta para abrirla y esta vez cayeron dentro de la habitación todos juntos, Cory, Shawn, Topanga, Katy, Auggie, Josh, Farkle, Smackle, Lucas y Zay, entre gritos y aspavientos por el golpe recibido contra el suelo y unos contra otros.
Riley carraspeó y todos alzaron la mirada, y la alternaron de ella a Maya. La morena se giró y vio que la rubia estaba un poco avergonzada y la tomó de la mano para transmitirle confianza.
- ¡Ya era hora! - exclamaron casi al unísono todos los presentes y se echaron a reír mientras se levantaban para abrazar a las dos chicas.
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El equilibrio perfecto (Girl Meets World - Rilaya)
FanfictionTopanga y Cory las miraban hablar en la ventana de la habitación, como tantas otras tardes desde hacía muchos años. - ¿Crees que se darán cuenta pronto? - preguntó Cory en un susurro a su mujer. - No lo sé - confesó mientras sonreía al ver a las chi...