Diez años habían pasado desde que Rukia volvió a la vida espiritual en la Sociedad de Almas. Ya todas las reparaciones habían culminado hacía cinco años y se celebraban el décimo-quinto aniversario de la derrota de Yhwach, un nombre que aun causaba pánico entre muchos de los pocos shinigamis que sobrevivieron a la sangrienta guerra que involucró tanto a la Sociedad de Almas como al Mundo Humano y Hueco Mundo. Sin embargo las almas se esforzaban por afrontar el pasado con valor y mostrar al presente sus mejores sonrisas para asegurar un futuro mejor. Y qué mejor forma de hacerlo que con el nombramiento del nuevo capitán del reformado Gotei 13.
En las instalaciones del cuartel general los doce capitanes se encontraban ya reunidos en dos líneas de seis de un lado y cinco de otro guardando un espacio para el nuevo capitán, con el capitán Comandante al fondo en medio de ambas líneas. Se hizo un silencio sepulcral cuando las puertas de la estancia se abrieron de par en par dejando ver la silueta de un shingami que llevaba el haori blanco de capitán del décimo-tercer escuadrón. Al instante todos dirigieron sus miradas a las puertas que se cerraban detrás de aquel shinigami.
-Capitán del escuadrón 13, ¡Kuchiki Rukia‼-Anunció Kyoraku sonriente.
-Presente-respondió Rukia avanzado al frente con paso firme y elegante. Mostraba un cuerpo más desarrollado y femenino aunque seguía siendo de baja estatura. Su cabello negro le caía por la espalda llegando casi a la cintura, el cual contrarrestaba con su piel blanca, y sus mejillas mostraban un ligero sonrojo que le daba un toque de ternura a su expresión de seriedad haciendo de toda ella, una clara presentación de belleza, elegancia y autoridad. Luego de la ceremonia de bienvenida con los capitanes Rukia salió de allí con la intención de dirigirse a los cuarteles del escuadrón 13 pero se encontró con Renji quien esperaba fuera a Byakuya, y la detuvo.
-Te sienta bien el look de capitana. Te hace ver menos enana-dijo Renji de manera burlona.
-¡Callate!-le espetó Rukia tratando de no golpearlo con los demás capitanes cerca.-Si eso es todo lo que querías, me voy. Tengo cosas importantes que hacer.
-¿Qué, ahora que eres capitana te molesta hablar con un simple teniente?-Renji pensaba continuar molestando a Rukia pero se abstuvo de hacerlo al ver la mirada asesina que ella le dirigió.-Bueno, es que... tuve que dejar a Ichika con Hanatarou para acompañar al capitán Kuchiki a la reunión. No se para que nos hacen venir si nos van a dejar afuera todo el tiempo.
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Un final Perfecto
Fiksi PenggemarDiez años después de la guerra de Los Mil años contra el rey de los Quincis, la Sociedad de Almas y el Mundo Humano vuelven a estar en paz. Ahora todos han realizado sus vidas y viven felices, pero... ¿Sera esa su verdadera felicidad? Los person...