셋 ⇁ liar

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a c t u a l i d a d.

— Jin. . .

No respondió.

— ¿Jin?

Nada. Ni la puerta, ni unos pasos, ni siquiera un "ya voy".

— ¡Jin, maldita sea! —Formo un puño con la diestra y golpeo la puerta frente a si mismo.— ¡Abre la jodida puerta! ¡Ahora!

— ¡No! —Se escuchó desde adentro.

— Jin, voy a contar hasta tres, si no la abres para ese entonces entraré como sea y te sacare de ahí, tu madre quiere verte estúpido.

— Buena excusa pero no quiero verte, ¡vete!

— Te recuerdo que estas en mi casa.

— ¡No me importa!

— ¡Jin!

— ¡Namjoon!

Silencio. Solo se escuchó un sollozo proveniente de la única habitación cerrada.
Más silencio. El moreno apoyando su frente en la superficie maderosa, con el puño aún formado pero aflojando hasta que solo la palma presionaba la puerta, deslizandose hasta tomar el pomo y moverlo hacia los lados de forma inútil.

— Jin. . . Seokjin. . . por favor. —Suplicó con los ojos cerrados, cansado.

Otra vez no hubo repuesta, y estaba seguro que así sería hasta el otro día.

Resumiendo. Jin llevaba encerrado en la habitación ya casi una semana, y Namjoon cada vez se cuestionaba el doble si había hecho bien en seguir el consejo de Suga. Eso de dejarlo en abstinencia solo logró que el mayor se le escapara de las manos.
Y dolía, porque entonces significaba que de verdad no poseía sentimientos hacia el menor pero a la vez le impulsaban las ganas de seguirle conquistando, de no alejarlo de su vida.

— Namjoon. . . —Un solo susurró que le devolvió la vida.

Retrocedió dos pasos hasta que su corazón se acelero, entusiasmado, la puerta se estaba abriendo y dejaba ver una imagen de un adolescente derrotado, lleno de ojeras, cabello sucio y bajo peso.

— Jin, por favor, ¿que estoy haciendo mal? —Preguntó Nam sin siquiera pedir permiso, entró a la habitación y abrazo al mayor con fuerza, enterrando su nariz en el cuello de este.

— ¿Por que ya no...? ¿ya no me buscas para hacer lo que hacíamos antes? —Ni siquiera miraba a quien estaba cerca suyo, tenía la vista perdida y fija detrás del menor.

— ¿Por eso estas así?

— Pensé que me querías. . .

— No te quiero, te amo. —Confesó.

Jin escondió su rostro en el pecho de Nam, frunciendo el ceño con la sensación de un fortísimo nudo en la garganta.

— Mentiroso. —Fue lo único que dijo.

— Jin. . . —Gruño con nostalgia.

— No te creo, ¿Tu me quieres para darnos placer, verdad? si ya no me buscas es porque no me quieres y nunca me quisiste... —Tomo entre sus dedos la polera de Namjoon, formando un puño con la tela dentro.

— Jin por favor, no es necesario demostrarlo así, yo si te amo, si me enamore de t-

— Follame. —Pidió levantando la mirada hasta juntarla con su menor.

— Dejame sanarte, no todo puede ser sexo entre nosotros y quiero demostrarlo de otra form-

— Follame. —Repitió con voz grave, los iris cargados de impotencia.

El mayor aproximó su rostro hasta el impropio, juntando sus labios en un beso violento que Namjoon supo parar pero se ganó un jalón de cabello de las firmes manos de Jin. Fruncio el ceño por el dolor, ambas manos sostenían en todos sus dígitos los pelos de la nuca.

— ¿Y si... te hago el amor? —Un último recurso, no podía desperdiciar esta oportunidad.

— No necesitamos amor.

— . . .

— ¿Por que no soy suficiente? ¿Por que quieres hacer algo más? Estábamos bien.

— Porque te amo.

Y otra vez nada daba resultado, Jin se encerraría en aquella habitación, no iría a clases, no comería nada, no haría nada por aceptar al menor en su vida mientras no fuera para sexo. Porque eso era lo único necesario, ¿verdad?
Sólo por eso habían llegado a vivir juntos, casi como si fueran una pareja, ¿no es así?
Namjoon no sentía amor, solo estaba jugando, ¿sierto?

— Mentiroso. —Fue lo último que susurró antes de perderse tras la puerta cerrada con seguro.


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