둘 ⇁ milk.

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r e c u e r d o.

A Jin se le daba muy bien la clase de cocina.
Namjoon lo había recordado siempre, pues cuando hace dos años atras le toco probar entre la comida de él y la del profesor, a costa de su voluntad, mintió diciendo que el docente cocinaba mejor.

En cambio... por si mismo era un asco, y es que, ¿desde cuando en una preparatoria exclusivamente de hombres tendrían un ramo así?

Eso no lo vio venir.

Ahora mismo se hallaban todos afuera del salón, el profesor haciéndolos callar.
Buscó con su espalda la pared del pasillo, apoyó la misma en el lugar y cruzo su pie derecho por detrás del talón izquierdo. De hombros cruzados y mirada fría, hasta los jóvenes heteros volteaban a mirarlo; allí tan alejado de todos, parecía un misterio en vida que cualquiera se daría el gusto en resolver.
Cualquiera menos Jin, ya que después de "esa noche" no se han dirigido la palabra; principalmente porque el mayor lo evita a toda costa, y siempre que hacen contacto visual se sonrojaba hasta el alma e inmediatamente escapaba del lugar.
Parecía que la tensión sexual solo se había saciado para uno. Pero para el otro aún quedaba tanto por disfrutar.

Namjoon llevo sus iris hacia Seokjin, tallando su figura con las pupilas que conformen iban bajando por su trasero se hacían más grandes, se dilataban y casi desvanecían el color café oscuro tras ellas.

Tenia las mejores notas y era por algo, su infalible memoria, misma que le trajo de forma involuntaria -o no tanto- los recuerdos para nada aptos en un momento así.
Joder, la manera en que Jin temblaba de piernas se repetía en sus caderas, sus gemidos/chillidos hacían eco en el oido, los grandes labios llenos de saliva, el sonido de piel contra piel, sus pezones húmedos y esa vocecita suave susurrándole "más, más" mientras le arañaba la espalda.

Abrió los ojos desesperado, todo estaban callados y poniéndole atención al profesor.
Pero Namjoon no podía, no quería, ni debía.
Pues apenas volvió a la realidad, se encontraba duro, duro como una piedra y dolía.

Se estabilizo a duras penas solo para por fin poder atender la rasposa voz del docente, decir:

- Kim Seokjin y Kim Namjoon estarán en un equipo, su creación es libre, no lo olviden. Se permite cualquier ingrediente menos pimienta, zanahoria, vinagre, leche...

Oh dios, leche.

A petición del mayor, acordaron juntarse el domingo a cocinar pero en la casa de Jin. Este no quería por ningún motivo volver a poner un pie en la casa del moreno, le podía la vergüenza.

Ahora estaban ambos, en la cocina, Jin tirándo ideas sobre las ollas y Namjoon sentando en el suelo con la vista en el trasero del mayor.

- ¿Podrias dejar de mirarme y ayudarme a cocinar? -Suspiró cansado y volteó hacia el moreno, apagando la estufa tras si.- Namjoon, yo no tengo buenas notas como tú y recuerda que repetí un año. Así que, por favo-

- ¿Por que has estado evitándome?- Preguntó cortante, alzando la mirada para ver a su mayor directo a los ojos.

- E-Eso no es importante, -Balbuceó.- en serio que quiero hacer bien esto.

- Pues entonces hazlo solo.

Jin no reacciono de forma violenta, ni menos agresiva. Solo abulto el labio inferior, infló un poquito las mejillas y bajo la mirada mientras asentía; estaba esperando que el menor se fuera.
Rap Monster conocía esa reacción, no estaba intentando persuadir, ni ser tierno; era un aegyo natural de Jin.
Fue entonces cuando comprendió la vergüenza del mayor, y muy lento se puso de pie, caminando hasta él con tacto, aunque por dentro solo quisiera correr y besarlo como un desquiciado hasta el otro día.
Seokjin se aparto de la cocina, hacia el lado, como invitándole a entender todo.

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