여섯 ⇁ dream/nightmare.

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☽ a c t u a l i d a d.

Jin perdió la noción de cuantas semanas llevaba encerrado en esa habitación. En cambio Namjoon había contado hasta cada segundo fuera de esta.

Le hacia falta una buena afeitada, duchas de agua caliente para limpiarse bien el cuerpo y por, sobre todo, le hacia falta Namjoon.

Lo habia intentado, ceder a su cariño, salir con él y quizás ser novios pero le tenia terror a esa clase de uniones, pues estaba tan cerrado de mente con la idea de que eso era lo único que bastaba para que una relación llegara a su fin por muy bonita que fuera.

Ellos solos se mantuvieron cerca por el deseo sexual, ¿verdad?

Y para el mayor fue un balde de agua fría que una noche en la que ambos descansaban desnudos después de haber follado interminables veces, Namjoon le dijera de la forma más cariñosa posible:

— Quiero dejar de hacerlo, salgamos formalmente, Jin.

Lo estaba sacando de su vida, eso fue lo primero que asumió y no cambió de opinión por mucho que el moreno intentara demostrarle el amor que se la había creado con cada acto, cada sonrisa y cada mañana despertando abrazados, enredados entre las sabanas.

Jin escuchó como la puerta del departamento se cerró, Namjoon ya se había ido a clases.

Entonces hacia lo mismo de siempre, salir de la habitación y comer de la pequeña bandejita con desayuno que el menor le dejaba a la puerta. Su gatita, de pelajes totalmente blanco era fiel, nunca tocaba la comida de su amo.

Pero esa mañana Jin se percató de que no estaba la bandeja, y el uniforme de Namjoon estaba intacto en el sofá.

Suspiro, quizás el moreno ya había llegado al límite y se iría.

Pero... ¿Podía impedirlo?

No. Tenia miedo. Se abrazo a si mismo sentado en el suelo si se imaginaba de novio con Namjoon, porque el verdadero problema era ese.

Podía ser muy bueno en la cama pero no como persona.
Ni siquiera el moreno del que estaba prendado sabia el oscuro pasado que escondía alguien como Jin.

Recordó la ultima llamada que le hizo su madre hace casi ya un mes atrás, pidiéndole que se despegara del conviviente que tenía y le fuera a dar una visita.

Con más determinación, se levantó de un salto para ir al baño, bajo la mirada sigilosa de su minina.

Tomo una larga ducha, notando lo largo que tenía el cabello, se le notaba demasiado la raíz oscura en el tinte rubio.
Y en esos momentos agradecía ser lampiño, je.

Se afeito la poca barba que le crecía por el mentón y el labio superior.

Se puso ropa limpia de la que Namjoon aún guardaba en la habitación de invitados que estuvo obligado a tomar.
También seco sus hebras mal cuidadas para ponerse un gorrito de lana color negro.

De abrigo verde oscuro y pantalones negros, se vio saliendo del lugar con la mirada dificultosa pues sus ojos estaban acostumbrados a la oscuridad de su aposento.

Sin más, emprendió camino a la casa de su madre, notando que mucha gente iba vestida de negro y lloraba.

Quizás quien falleció, se dijo a si mismo antes de seguir caminando sin distraerse un segundo más.

° ♣ °

Namjoon estaba dolido, demasiado.
Apenas entró en la pequeña casita de Jungkook su corazón se oprimió, notando como solo habían dos personas: un hombre y una mujer, ambos adultos que lloraban desconsolados.
También aprecio la llegada de una pequeña niña preguntando:

abstinence. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora