¿A quién le importa ya la culpa?
No me debo ninguna disculpa.
No pienso sentir remordimiento
por tan precioso sentimiento.
Sólo pienso disfrutarlo,
hasta que llegue el sufrimiento.
Amar la luna, gritarlo,
mientras aún no me arrepiento.
Imaginar que estás a mi lado
si eso me ayuda a dormir mejor.
Crear, entre risas, un reinado
donde sienta tu calor.
Sonreír si oigo tu nombre,
la electricidad que siento
sin ningún tipo de lamento,
al adorarte como hombre.
Pienso dedicarte mil canciones,
perderme en todas tus facciones,
dejarte vivir dentro de mi pecho,
tener tu sonrisa por único techo.
Dejar que fluya por mis venas
sin pensar que me envenenas.
Vivir bajo la luz oscura
que provoca mi locura,
la de tu cálida mirada
que me pide mil baladas.
Hacer un gran mapa,
de aquí al infinito
que siempre repito.
Trazarlo con mis dedos,
tu espalda el recorrido
del que nunca he huido.
Sentir que eres contraste,
como sangre sobre nieve,
eternidad en tiempo breve,
que a mi razón engañaste.
Creer que no hay belleza
más que la de tus labios,
creer que la mayor certeza
es mía y no la de los sabios.
Certeza en que eres oro,
mejor que el de los tesoros.
Certeza en que tu risa
es una suave y dulce brisa.
Certeza en que quiero
saborear la dulce melodía
de cada palabra que recitas.
Que si no, me muero,
que desearía yo hacer mías
todas las virtudes descritas.
Y, si debiera, pido perdón.
Porque no voy a arrepentirme.
Pues lo que hay en mi corazón
sólo sabe sonreírme.
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Desahogo en verso
PoesíaConvertir tus sentimientos en incontables poesías, quizá no cambie tus tormentos pero aliviará tus días.