Relucen blancas y ordenadas perlas
y palabras brotan suscitándote a beberlas.
Dulce tez color caramelo
que al cobre y al dorado provoca celos.
Tiernos y rellenos labios que observo,
sin preocuparme de la discreción.
Y pido perdón si sin querer me enervo
perdón porque se me salta el corazón.
Lunares y metales salpican la obra,
enmarcada por hebras ensortijadas
y por espesas cejas tostadas.
Sé que el resto, ajeno a ella, sobra.
Perfectas formas y contorno
sin importar como lo mires,
un bello peligro sin retorno
que te obliga a que suspires.
¿Qué más da si vuelvo a equivocarme?
No me importa en absoluto
mi todo por nada te permuto.
De sensatez ya no me queda ni un adarme.
Me he enamorado de estos grilletes de oro,
de mis cadenas con diamantes,
de las cuerdas que me atan y que adoro,
de tus manos y de tus ojos brillantes.
Seguiré como siempre creyendo
que en realidad merece la pena,
seguiré entre llamas ardiendo
y cumpliendo mi condena.
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Desahogo en verso
PoesíaConvertir tus sentimientos en incontables poesías, quizá no cambie tus tormentos pero aliviará tus días.