-¡Anne Hampton, despierta!
Di un respingo y abrí los ojos de golpe, alertada por aquella vocecita que tan molestosa era a veces.
La sala estaba en penumbra, sólo la gran televisión arrojaba un leve resplandor sobre los sofás en que estaba sentada con Mia. En la pantalla brillaban los créditos de la película que habíamos estado viendo.
Me desperecé sobre el sofá y restregué mis ojos.
-¿Cuánto rato dormí? -pregunté, ahogando un bostezo.
Mi hermana parecía molesta. Sus ojos verdes echaban chispas.
-Como una hora -gruñó-. Te perdiste toda la acción. Si te acostaras más temprano esto no pasaría, pero claro, la señorita es tan cool que se acuesta tarde sólo para demostrar que si quiere también puede.
La miré. Mia podía llegar a ser un auténtico fastidio cuando se lo proponía.
Parecía mayor que yo, pero en realidad era la menor de las dos, por veintisiete días, para ser exacta. Su cabello era rubio, en contraste con el mío que era castaño, tal como mis ojos.
-Mia, hemos visto esa película casi diez veces, no es tan terrible. Cálmate, vas a asustar a los pequeños.
Intentar calmarla era como tratar de apagar el fuego con gasolina. O quizás con algo más explosivo, como la pólvora. Sus ojos podrían haber contenido el infierno en ese momento.
Creo que le importaba un bledo asustar a nuestros primos pequeños, que nos observaban desde el sofá a nuestra derecha. Estaban tan somnolientos como yo, tal vez más de hecho.
-¡Pero es la primera vez que la vemos con Niko y Ellie!
No había notado que estaba durmiéndome de nuevo hasta que volvió a chillar.
Por Dios, a veces era una verdadera reina del drama.
-Si la pima quiere domir deberías dejarla -murmuró una vocecita infantil.
Miré hacia el sofá. Ahí estaban los dos, Nikolai y Eleanor; Niko tenía siete años y Ellie, cuatro. Eran los hijos de Blake y la madre de Ellie, Heather Price, que tenía veintitrés años-la misma edad que tenía Blake cuando fue convertido- vivía con nosotros y era la novia de Blake. Era algo bastante estable, cosa que era rara para cualquiera de los más adultos de los Hampton.
Nunca hablábamos de la madre de Niko.
-Tengo sueño -dijo Ellie, restregándose los ojos y tirando de la manga del suéter de su medio hermano. Ellos eran como nosotras: sabían que no eran hermanos completamente, pero actuaban como si lo fuesen y también se querían como si fuesen hermanos de sangre.
-¿Ves? Ellos también están que se duermen -le dije a Mia, lo que me hizo ganarme una mirada asesina.
-Ellos son niños, necesitan dormir más que tú, floja.
-Annie no es floja -me defendió Eleanor, para luego bostezar y restregarse los ojos.
Ellie a veces me parecía mucho mayor que Nikolai, pero era por una simple razón: era superdotada y más madura que él. Blake, a espaldas de Heather, había comenzado a llevarla al laboratorio que teníamos en el subsuelo hace unos meses, para enseñarle bioquímica y genética, que era su área y que Eleanor estaba interesada en aprender, además de idiomas, que era lo que Crystal y su madre le enseñaban. Aún recuerdo lo furiosa que se puso Heather cuando descubrió a su pequeña en una bata de laboratorio demasiado grande para ella; tanto que le cubría totalmente las manos y arrastraba al caminar, y con las gafas de seguridad deslizándose por su naricita mientras sostenía una rejilla con tubos de ensayo que contenían ácido y otros compuestos peligrosos. Mia, que vio todo y me contó luego, dijo que Heather estuvo a punto de darle un shock eléctrico que lo hubiese matado, a pesar de su condición de vampiro.

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Young Blood
Fiksi Umum"Para dejarte llevar debes abandonarte, renunciar a quién eres. Y para eso primero debes aceptarlo, resignarte. Y para lograr eso debes cambiar. Porque rendirnos no está en nuestra naturaleza." Hay lazos mucho más fuertes que la sangre; eso e...