Me gustaría poder decir que dormí toda la noche sin problemas y sin haberme despertado ni una sola vez.
Pero eso no sería la verdad.
Verás, algo que es común en toda mi familia son las pesadillas. Todos las tenemos, aunque unos más que otros.
Esta vez fue el turno de Heather.
Razones no le faltaban.
Heather Price era una niña rica que hacía lo que se venía en gana desde incluso antes de que la conociéramos. Su madre había muerto cuando ella sólo tenía diez años y se había ido de casa apenas hubo cumplido dieciocho, que fue cuando la NSC la reclutó gracias a sus habilidades de arquería y en las artes marciales. Y eso era básicamente lo que sabíamos de su vida antes de nosotros. Casi nunca hablaba de su pasado, y si acaso lo hacía nosotras ni nos enterábamos.
La National Security Corporation era una organización secreta que lidiaba con potenciales amenazas que se salían de lo común. Siempre tenían en la mira a Crystal, a pesar de todos los tratados que Crystal había accedido a firmar con su directora. Tratados que en realidad no valían nada, ya que siempre estaban quebrantando los términos que habían establecido. Quizás sí tenían algunas razones para sospechar de ella en ese sentido; Crystal no siempre cumplía sus promesas, pero si se trataba de mantener a nuestra familia a salvo intentaba hacerlo. Por otra parte; los métodos de la NSC no eran del todo correctos y Heather era la prueba de ello.
La habían enviado con la misión de robar unos archivos de la sección de investigación del edificio central de la Sombra, sección de la cual Blake era el jefe. Ella no sabía dónde estaba metiéndose realmente, así que su sorpresa fue grande cuando la atraparon y Crystal, queriendo matarla, la mordió.
Fue entonces cuando sus poderes se manifestaron.
Primero, todos los aparatos electrónicos que habían en aquella planta se volvieron locos y luego la electricidad se cortó en dos cuadras a la redonda.
Aún recuerdo el gritito que dio Mia cuando el computador que ocupábamos en la biblioteca de Sombra comenzó a echar chispas.
En ese momento, cuando Heather estaba confundida y no entendía nada de lo que estaba pasando, ni siquiera por qué demonios la acababa de morder una vampiresa, Blake la defendió. Crystal estaba a punto de asesinarlos a ambos, pero no lo hizo y ordenó que retuviesen a Heather, quien no puso ninguna traba. Estoy segura de que en ese momento ni se enteró de qué demonios pasaba.
Blake curó sus heridas, le enseñó la verdad sobre ellos, la entrenó y la apoyó cuando todo resultó ser demasiado para ella. Era obvio para todos que el tonto había quedado flechado por Heather.
Y poco después el amor se volvió recíproco.
Heather dejó la NSC al darse cuenta de que no era para nada lo que le habían dicho y se mudó con nosotros, ya que no tenía ningún lugar a donde ir. Los primeros meses fueron algo tediosos, ya que ella y Crystal no se llevaban muy bien debido a que Heather era altanera y desafiante, cosa que sacaba de quicio a Crystal porque nadie le faltaba el respeto y los que lo hacían no siempre vivían para contarlo; luego aprendimos a vivir con ella. Despues de un par de meses, Heather y Blake descubrieron que la NSC estaba realizando experimentos, que también habían hecho en ella, lo que habría desencadenado la aparición de su tecnopatía y control de la electricidad. Desde entonces Blake ha estado entrenándola. Ambos eran felices, y eso era suficiente para Crystal.
Aún así no parecía tan conveniente cuando tenía pesadillas.
Sus dones se salían de control cuando esto sucedía; las luces de la casa se prendieron y varias de las ampolletas estallaron debido a la sobrecarga energética. Me desperté varias veces en la noche, la última fue al escuchar las voces y los pasos de Blake y Heather en el corredor.
Por la mañana siguiente estuve a punto de quedarme dormida sobre mi plato de cereales con leche. Mia no estaba mucho mejor que yo. No había dormido sus diez horas diarias necesarias para funcionar.
Terminé de comer a cucharadas lentas, en silencio. No tenía muchas ganas de ir a la academia, y pudimos habérnosla saltado, de no haber sido porque Crystal había anunciado que nos llevaría.
A excepción de contadas excepciones, siempre nos llevaba un chófer de la Sombra, pero hoy Crystal había dicho que quería pasar más tiempo con nosotras. Generalmente eso era algo difícil; siempre tenía mucho trabajo y complicaciones imprevistas.
-¿Ya están listas? -su voz impaciente me hizo dar un respingo. Había estado al borde de dormirme, pero sabía que Crystal no nos dejaría saltarnos clases. Era un mal hábito que teníamos demasiado arraigado y con el cual quería acabar.
Mia no estaba en mejores condiciones que yo.
Alcé la vista hacia la vampiresa que estaba sentada frente a nosotras. Crystal tenía el cabello negro azabache, algo más liso que el de Heather, y sus ojos eran color gris azulado. No parecía demasiado mayor, o al menos no tanto como para que todas las personas la respetasen, pero lo compensaba con rímel, delineador y pintalabios, además de una actitud que paralizará de miedo a quienes no la conocían de verdad. Siempre usaba tacones infernalmente altos y raras veces vestía otro color que no fuese negro.
Hoy no era la excepción; vestía informal, usando jeans negros, un abrigo y botas altas hasta la rodilla.
Hoy era unos de esos días en que asustaba. Ni siquiera parecía de humor para reclamos.
Terminé mi cereal a las carreras y me levanté de golpe, sobresaltando a Mia.
-Voy a cepillarme los dientes y listo. -anuncié y corrí al baño.Después de quince minutos ya estábamos de camino al lugar más aburrido de la Tierra.

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Young Blood
General Fiction"Para dejarte llevar debes abandonarte, renunciar a quién eres. Y para eso primero debes aceptarlo, resignarte. Y para lograr eso debes cambiar. Porque rendirnos no está en nuestra naturaleza." Hay lazos mucho más fuertes que la sangre; eso e...