El chico nuevo

30 10 0
                                    

*Foto de Leo*

Las horas pasaron rápido y había llegado la hora de irme, busque y espere a mis padres pero no estaban, así que me fui al colegio. En colectivo porque había dejado mi auto estacionado en el bar. Tenía para que me llevaran mis hermanos o un chofer pero mis hermanos me  preguntarían que fue lo que hice y referido al chofer, no tengo problema con él pero tenía ganas de estar un poco más con las personas aunque eso signifique transpirar, más la transpiración de los demas, los olores, las molestias, etcétera.
Entre al colectivo y me encontré con lo que ya sabía, todo tipo de incomodidades que se puedan imaginar pero lo bueno es que cuando salí de ahí y camine fue divertido hasta llegar al colegio.
Caminaba por los pasillos distraída pensando en lo que había pasado hoy con Lautaro nunca pensé que alguien haría algo así por mí y menos lo esperaba de él, que ya lo había visto varias veces antes y no me agradaba ese tipo de personas pero en él vi algo diferente, sentí algo diferente. Todo esto era muy raro y no tenía en quien confiar para decirle porque si le decía a alguien cercano se lo diría a mis padres y no tenía amigos, salvo Marcos pero debería de estar ocupado.
Estaba pensando todo eso hasta que choque con un chico a quien no conocía.

-Per...dón- le dije mientras veía lo lindo que era y quedándome atontada por verlo, parecía que mucho porque rio.

-Si me decís donde queda este salón te perdono- me dice, mostrándome un papel y reimos.

-Ahí es donde voy- le digo.

-ah entonces, ¿me llevas?- me dice.

-Claro- le digo. -¿Cómo te llamas?- pregunté para no estar en un silencio incomodo.

-Leo, y ¿vos?- me dice.

-Sara- le digo mientras lo llevo al salón.

Estábamos por entrar hasta que me agarra del brazo y me corre a un costado para dejar pasar a la gente.

-¿Qué pasa?- le digo asustada.

-Perdón no quise asustarte- me dice y me suelta, - quería preguntarte si podíamos ser amigos- yo me quedo paralizada.

Cuando logré recuperar me de eso le dije -no se si quieres ser mi amigo, no tengo amigos y por alguna razón será, aunque todavía no se porque- sabía porque pero también sabía que cuando supiera de quien era yo,  estaría conmigo por conveniencia y no por querer ser mi amigo, eso me había pasado con muchos.

-¿Eso quiere decir que no queres ser mi amiga?- me pregunta.

-No, claro que no, solamente quiero decir que no te conviene, pero si querés podemos ser amigos- le digo y él sonríe.

-Si, quiero ser tu amigo- me dice y entramos.

Nos habíamos sentado juntos y en los tiempos libres que nos daba él profesor hablábamos y por cierto el chico era inteligente, quizás antes fue nerd y ahora siente lastima por mí.

Cuando terminaron las primeras horas nos fuimos a la cafetería, compramos lo que queríamos y nos fuimos a sentar en un árbol.
Estábamos hablando hasta que vi que se acercaba Mariana una de mis enemigas, siempre me insultaba y no sabía porque.

-Hola Leo ¿no?- le preguntó a Leo, estaba seduciendo lo enfrente de mí, yo no tenía nada con él pero ella no lo sabía y aunque sí fuese mi pareja seguro que lo haría igual.

-Sí- dice él, -¿y vos?- le pregunta.

-Mariana- contesto yo mientras me paro y ellos me miran.

-sí, así me llamó emmm... hoy voy a tener una fiesta en mi casa ¿querés ir?- dice ella sin nombrar me, ayyy como me estaba enojando.

-Nos encantaría- dice él y las dos nos sorprendemos por su respuesta.

-Solamente vos estás invitado- dice ella mirándome con cara de asco.

-Ah bueno entonces no, pero gracias- dice él.

-No, esta bien anda vos, te va hacer bien la fiesta para conocer a tus compañeros- le digo.

-Es cierto, la primera vez que concuerdo con ella- dice Mariana, no la soportaba más tenía que irme de ahí porque una palabra más y mi cordura se hiria.

-Bueno si vos lo decís- dice él mirándome y yo asentí.

-Me tengo que ir chau nos vemos Leo- le digo y me voy casi corriendo al salón mientras veo que él me perseguía.

Llegamos y cuando nos sentamos me preguntó, -¿por qué te fuiste tan rápido? ¿te cae mal la chica?- me pregunto, era obvio que me caía mal ella pero ¿porque me lo preguntaba? ¿será para que le hable?.

-Sí, hace mucho que me molesta y no se porque- le digo.

-Que raro- me dice y eso fue lo último que hablamos porque había llegado él profesor.

Cuando terminó la hora, Leo me volvió a agarrar del brazo.
-Sara, ¿querés que te lleve?- me pregunta.

-Bueno gracias, pero que no se te haga costumbre esto- le dije señalándole lo del brazo.
-ah perdón- me dice y yo le hago una sonrisa para que supiera que no fue mucho y que no se preocupará.

Me acordé de que tenía que ir a buscar mi auto así que le dije que me dejara en el lugar de taxis y él se negó y me llevo hasta el bar.
Llegamos y me dejó en una esquina.
-Gracias por traer me- le digo.
-De nada, nos vemos mañana- me dijo mientras desaparecía.

Fui a buscar mi auto y derrepente escucho -¿Sara?- y me doy vuelta,
Era Lautaro.

-Hola Lautaro- le digo.

-Así que te acordas de mí- me dice.

-Como no acordarme si hoy hablamos- me mira avergonzado y me rio.

-Yyy ¿querés tomar un café o algo?- me pregunta.

-Mmm... no se- no quería relacionarme con él por como era y además que ya sentía algo que no sabía como explicarlo.

-Por favor- me insiste.

-Esta bien, pero no tardemos mucho porque tengo que estudiar- le digo.

-Bueno, tengo un lugar que te va a encantar- me dice y me lleva a su auto.

En el viaje hablamos de cosas que no eran interesantes pero que eran divertidas al igual que en el restaurante que era hermoso y la comida también. Me sentía extraña como podía sentir algo por alguien mucho mayor que yo, estaba totalmente loca, al ver que cada vez que pasaba un segundo más con él me enamoraba más decidí decirle que era hora de irme.
Él me llevo hasta el bar donde estaba el auto.

-Gracias por el paseo- le digo mientras nos reímos.

-No fue nada me encantó haber estado contigo- me dice y me sonrojo.

-A mí igual- le digo sacando me el cinturón y veo que él también se lo saca mientras rápidamente se me acerca, me besa y yo le correspondo.
Nos separamos por falta de aire y nos quedamos mirando.

-Lo siento, se que esto no se puede pero no me pude resistir- me dice.

Después de reaccionar dije - esto no puede ser verdad, no está pasando- me fui a mi auto, llorando porque sabía que estaba muy mal todo esto. Después de un rato me tranquilise y me fui a la casa.
Todos me preguntaron donde estaba y yo les mentí diciéndoles que Marcos me necesitaba y me fui a mi habitación.

Los siguientes días fueron normales me iba al colegio, estaba con Leo, Mariana se lo quería llevar, pero él se quedaba conmigo mientras yo pensaba en Lautaro en todo momento después iba a mi casa a seguir estudiando o ayudar a mi madre con el  jardín, no me importaba que hiciese porque sólo pensaba en él. Además ya no iba más al bar, por lo menos en los momentos que yo iba supongo que eso era lo mejor para que lo pudiera olvidar.

Eres la pesadilla que convertí en sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora