Encubierto

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Narra, Leo.

Trabajo en la policía, lo que siempre hice desde que entré, fue completar papeles y lo único interesante que hice fue acompañar a mi padre a una misión en la cual un hombre había estado borracho y maltrataba a la gente que se le cruzaba en su camino, y nosotros tuvimos que ir a llevar lo a la comisaría, mi padre también era policía pero tenía mucha adrenalina, todos lo querían y era el mejor haciéndolo, cuando no estaba ocupado tomábamos cerveza junto con una picada y me contaba que le había pasado en su trabajo. Sus anécdotas eran realmente increíbles le pedí que me llevara a alguna pero él me decía que no podía hacer lo porque simplemente no era el jefe, y tenía razón pero se que si él quisiese haría hasta lo imposible para llevar me, tenía miedo de que algo me pasara pero no siempre va a estar ahí para protegerme algún día quizás me atropelle un auto, o muchas otras cosas que se le va a ser difícil ayudarme y es ahí en donde me pregunto, ¿y si hoy muero? Y no pude ser feliz de la manera completa en la que quería, eso me hacía sentir mal. A pesar de que se lo dije a mi padre, él nunca lo entendió o no lo quiso entender y nuestras charlas sobre eso quedaban ahí sin continuar porque gritábamos, golpeaba la pared y terminaba yendo se sin importarle todo lo que le había dicho.

A pesar de que trabajó no lo necesito porque soy millonario, mi madre cuando se murió nos dejó la herencia que heredó de sus padres y mi padre también era millonario porque ganaba muy buena plata, además de ser policía era escritor y muy bueno.
Se preguntaran que hago en una escuela pública si soy millonario.

Bueno tengo 22 años a los 17 termine los estudios, a los 18 mi padre me ofreció trabajar en la policía, acepte fui a la universidad, a los 20 como necesitaban a alguien en la policía para completar papeles, a mi padre se le ocurrió la gran idea de hablarle sobre mi al jefe y se ve que le habló tan bien que de eso trabaje hasta hace poco.

Era un día normal, llegaba de la universidad para escuchar las anécdotas de mi padre así que antes de llegar compre algunas cosas para comer ya que me había acordado de que no tenía nada y necesitábamos hacer la compra del mes.
Cuando termine de comprar todo, me fui a casa.

Llegué y vi que habían como cinco autos estacionados, me parecía raro porque mi padre nunca llevaba a sus amigos a la casa pero bueno quizás habían hecho una misión bien y querían festejar no la sabia pero lo investigaría.

Entre y vi a mi padre llorando y una mujer que lo estaba tratando de calmar, alrededor de ellos habían como 15 personas más o menos que veían con tristeza a mi padre y luego de escuchar la puerta cerrarse por mi, me miraron todos hasta mi padre que se quitó las manos de la cara para ver qué pasaba.

Un hombre me ayuda y agarra las bolsas llevándolas hacia la cocina mientras yo dije hola y todos respondieron, después de dejar lo que me quedaba de bolsa en la cocina  volví.

-¿Qué pasa?- pregunté dirigiendo me a mi padre que había parado de llorar pero estaba mal.

-Hijo, ten...tengo que decirte algo- me dijo.

-¿Quieres que se lo diga yo?- dijo la mujer mirando lo con tristeza.

Enseguida me preocupe, porque no me decían lo que pasaba, me decía. -¿QUÉ ESTA PASANDO?-  dije muy enojado.

-Lo que pasa es que... quiero que nos sentemos, tu padre tome agua, nos tranquilicemos y ahí él te lo dirá- dijo un hombre señalando a mi padre.

Hicimos todo lo que dijo el hombre que se llamaba Carlos.
Nos sentamos todos gracias a que los sillones eran muy grandes y hasta sobraba espacio.

-Bueno, lo que pasa es...- dijo mi padre tomando un poco de agua.

-Hay un hombre que esta matando gente y vendiendo drogas, él tiene una hija y ella va al colegio público, lo que pensamos es que la esta ocultando para que no le hagan nada porque sino no tendría motivo para poner la en una pública siendo millonario y la policía quiere que te hagas pasar por un alumno más para estar con ella siendo amigos y saber de su vida- dijo mi padre ahora entiendo porque lloro y todo eso, mi vida estaba en peligro y él no quería que me pasara nada.

-¿Aceptas?- dijo Carlos.

-¿Por qué a mí?- le dije.

-Porque eres de la policía y te ves mas joven de lo que pareces, ¿entonces?- me dice.

-Bueno- dije seguro.

-Entonces mañana venís a mi oficina y te digo todo, porque tu padre no puede saber nada- me dijo entregándome una tarjeta donde decía donde estaba su oficina y su celular.

Y me confirma lo que suponía - no puede saber nada porque sino puede meter se para ayudarte y arruinarlo- todos sonreímos menos mi padre que lo miro de reojo y se fue de la sala.
Los acompañe a la puerta y me dirigí hacia mi padre.

-Quiero esto, siempre lo quise y algún día, sabemos los dos que esto pasaría y no te preocupes por mí. Si me llegara a pasar algo no importara porque sabrás que tu hijo tuvo la oportunidad de conocer la vida siendo feliz - me mira y ve lo que nadie podía creer, estaba llorando, ahí fue cuando por fin habló.

-Mi hijo, exacto, por esa razón es que no quiero que vayas, si te pasa algo ¿que haré?, ¿dejarte ir y después llorar y culparme por dejar que fueras?- me dijo mientras miraba el suelo.

-Solamente porque pienses en tu futuro de no querer sufrir, tienes derecho a que mi vida sea un infierno. Ya arruinaste mi pasado pero no dejaré que sigas, ya soy mayor de edad, puedo hacerlo y si no lo hice antes fue porque pensé que algún día me entenderías y por tu cuenta me dejarías, pero veo que no y me duele tanto decirte esto como también que pienses sólo en ti- dije eso y me fui a mi habitación.

Logré dormir pero no mucho esta discusión me tenía mal y esperaba que algún día terminara. Desperté, me bañe, desayune, todo esto sin ver a mi padre pero seguro se había ido a trabajar más temprano para evitarme.
Me fui a ver a Carlos, quería saber que era lo que tenía que hacer y estaba ansioso.

-Hola Leo- me dice mientras me daba su mano.

-Hola, ¿para que soy bueno?- le dije y sonrió.

-Hay desapariciones de chicas y en los colegios se encuentran drogas. Logramos atrapar a uno de ellos y nos dijo en medio de balas y corridas porque él se podía salvar pero quizás si lo pensaba mucho no nos iba a decir nada después así que lo interrogamos y lo que nos dijo fue él nombre de un colegio y que ahí iba la hija del jefe de todos y se darían cuenta por la cantidad de dinero que tenía su padre. Después de decir eso llegó un hombre con un arma y le disparó para que no continuara seguido de eso se disparó también y luego nos fuimos porque no podíamos quedarnos sabiendo eso y después nadie sepa nada de vuelta además de que se murieron varios de mis hombres y no podía seguir perdiendo los.
Logramos encontrar el colegio y a la chica, lo que queremos de ti es que te metas como un adolescente normal y que te hagas amigo de ella para sacarle información, ¿aceptas?-.

-Sí, ¿cuándo empiezo?- le digo y él hace una sonrisa de emoción.

-Mañana te entregaré todo lo que necesites saber y cuando te sientas listo comienzas- nos saludamos, me acompaño hacia la puerta y me fui.

Eres la pesadilla que convertí en sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora