Capítulo 1.

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Memorias

Tomoeda, Japón 

Kinomoto Sakura

Me levanté de mi cama y corrí hacia la ventana. Quizás mis acciones les parezcan muy directas y no entiendan nada, pero tenia que verlo.

Ahí justo del otro de la ventana, se encontraba, mi bendición y mi maldición.

Un chico que aparentaba la misma edad que yo, atractivo según las opiniones de muchas chicas.

Alto, con un elegante pantalón de vestir negro, camiseta blanca y un saco negro, en su oreja derecha se ubican 3 aretes un sol, una luna y una estrella, con cabellos rebeldes color caoba, ojos verde esmeralda con matices cafés que me observaban con burla.

Murmure un - Shao – con temor a que desapareciera – no sabes cuánto te he extrañado.

Se limitó a sonreír mientras se acercaba a paso lento, quedando a unos cuantos centímetros de mi rostro - Despierta...

¿Despertar? ¿Acaso estaba soñando? Supongo que mi desconcierto se notó ya que me tomo de las manos.

- Mi preciado Cerecito -susurró cerca de mi oído muy dulcemente, tanto que no quería despertar – encuentra a la reencarnación de Clow - cerré los ojos lentamente disfrutando su tacto, su esencia, posó sus labios encima de los míos, lo que me hizo despertar abruptamente.

Sentí su presencia, así que corrí hacia la ventana como en mi sueño, todavía no se había ido, seguía parado en las ramas que unían al árbol de cerezo y melocotón. Pero cuando intente acercarme. Desapareció; como la ilusión de un oasis en medio del desierto. Dejándome vacía una vez más.

Era peligroso, porque cuando Shao tenía la apariencia de un niño era peligroso, cuando era un adulto o alguien de mi edad, era alguien normal, no sabía que causaba esto.

No importaba cuán peligroso y agresivo fuera de niño, nunca me hería físicamente, psicológicamente me hacía flaquear, pero no era su culpa, ademas era mas peligroso estar separados.

Me centre en el reloj de escritorio que marcaba las 4 am, la hora perfecta para alistarse e ir a la escuela.

-¡Despierten!- Grité lo más fuerte que pude, después de todo solo ellas me podría escuchar en esta enorme mansión - ¿Cómo pueden seguir durmiendo? – Me pregunté en voz alta mientras el despertador seguía sonando - ¡Despierten de una vez! – grite por segunda vez ya enfadada

-¡Ah! – Me devolvió el grito enfadada Kaede – ¿qué sucede contigo? puedo morir de un infarto, con estos sustos.

Ella es Kaede una chica medio-melodramática, se volvió una de mis mejores amigas, cuando "eso" sucedió. Tenemos una hermosa relación de amistad desde hace años

- Kaede, el despertador lleva sonando más 10 minutos, es hora de levantarse, el desayuno...

-¿Qué pasa, mamá? – Mamá, así es como me dicen Shizuka y Kaede a pesar de que tenemos la misma edad, yo soy una madre para ellas ya que siempre las cuide, también las crié. Aunque, no mi yo actual en su totalidad.

-Shizuka no ha despertado – Afirmé simplemente - ¿Por qué será que me traen el mismo problema, todas las mañanas? - Kaede intentó levantarla, pero solo logro que entreabriera un poco los ojos - tal parece que algunas cosas no cambian Murmure con nostalgia.

"Bueno son solo recuerdos y tarde o temprano tendrías que recuperarlos" 

 Solté un suspiro algo cansada, Shao tenía razón, las cosas serian diferente si no hubiera aceptado el trato con su versión infantil.

Cuando El Cerezo Se Convierte En CerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora