Capítulo 4.

72 5 4
                                    

Tomoeda, Japón

Amamiya Ying Fa

-El guardián del sol no despierta y temo que...

-Tranquila - a veces Kaede podía ser muy dramática – Yue es la pieza más importante del rompecabezas, pronto estará aquí.

-¿Qué haremos cuando llegue el Guardián de la Luna?

-No lo sé, quiere ver a Sakura no ha Ying Fa, claro que somos la misma persona, pero mi personalidad es muy diferente de hace 6 años, me temo que... no soy lo que busca.

Solté un suspiro muy largo, después de todos mis miedos fueron los que me metieron en esta situación.

-Pero él es lo que tu buscas - aclaró- para revivir tu báculo y tener devuelta a tu más fiel sirviente.

-Las cosas son más fáciles de lo que crees, Shao podría volver en el momento que quiera, desconozco el motivo de por qué me deja sola.

-Por supuesto, por eso te casaras con una persona que no conoces más que el nombre – me reprocho - si Kaede se entera, se opondrá a esta locura.

-Lo estoy haciendo por el bien de nuestro Clan, también por mi bienestar – lo lamento - nadie se puede enterar de esto Shizuka, ni si quiera tú lo deberías de saber.

-Lo sé, pero estoy intentando hacerte entrar en razón ¡te casaras con alguien que no conoces! ¡Que ni siquiera amas!

-El amor está de más en esta situación, lo que necesitamos es poder y aliados.

-¡Acosta de tu felicidad! – sus gritos resonaron por toda la habitación - tu futuro esposo podría ser un arribista.

-No hables así, no lo conoces como yo...

-¡Yo dudo que tu siquiera lo conozcas! - grito enfadada - podría ser un enemigo.

-¡Bien! – Grité exasperada - ¿te quedarías más tranquila si me caso con Shao?

Que dije.

-Yo...

-¡Mi señora! ¡Es terrible! – Varios gritos irrumpieron en la habitación, Saki se veía sumamente angustiada, con lágrimas en los ojos - ¡Han asesinado a dos miembro del Concilio de Ancianos! ¡Entre ellos el abuelo de su futuro esposo!...

Tsukishiro Yukito/Yue

-Sí que te ha llevado tiempo tomar esta decisión, ¿eh?... Yue - se burló descaradamente

- No molestes.

- ¡Ese es el Yue que recuerdo! – Su euforia era notable y yo seguía sin entenderlo - espero que estés listo.

-No te conozco, al menos no esta versión de ti – le aseguré, invoque mi arco y le apunte directamente a la cabeza sin vacilación – no soy tan fácil de engañar como mi otra identidad, sé que es imposible que cumplas aquello que prometes.

Levantó sus brazos en señal de rendición – Mis términos, tus creencias, tu decisión.

Mi vista fue incapaz de seguir los pasos que dio desde el otro lado de la habitación a mi arco, con solo tocarlo, lo desintegro.

-Aceptaré si me dices tu nombre, en el tiempo que estuvimos juntos jamás lo mencionaste - oferté en un mero intento de distracción - Te daré el anillo sin protestar e iré contigo.

-Muy bien, hagámoslo a tu manera por esta vez - toma mi mano y el trato estará cerrado - extendió su mano - recita tu juramento hacia este trato así como tu deseo por ver a Sakura, de esta forma tu deseo será concedido.

Cuando El Cerezo Se Convierte En CerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora