V - Impulso

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"Todo riesgo merece la pena, en búsqueda de la verdad" -Aveline de Grandpré

Era una preciosa mañana de Domingo. Había llovido un poco antes de que saliera el sol, lo cual refrescaba un poco la madrugada. Marinette se levantó y acarició con su dedo a la moteada Kwami mientras le daba los buenos días. Bajó a desayunar unos deliciosos Quiches de queso y jamón con algo de Aligot para acompañar que le ofreció su madre en cuanto bajó y le saludó con un beso en la mejilla. Ésta inmediatamente notó algo extraño en su hija.

-¿Dormiste con tu vestido puesto?

-¿Qué? Ohh... si... jeje...

El Señor Dupain no estaba con ellas, por lo que Marinette empezó a preocuparse un poco.

-¿Y papá? ¿Dónde está?

-Oh, tuvo que ir al Hospital.

-¿Cómo? ¿Qué le pasó? ¿Está bien? ¿Por qué no estamos con él? -Preguntaba Marinette con una gran ansiedad mientras dejó caer su Quiche sobre la mesa para posar su mano sobre su pecho.

-Tranquila, mi niña. Él está bien. Edward llamó anoche. El pobrecillo se fracturó una pierna en un accidente. Así que hoy se fué a visitarlo.

Con un profundo suspiro, Marinette logró calmarse y mantenerse en sus cabales. Su padre y su madre son igual de importantes para ella, pero su padre era más cercano. Su confidente y consejero de toda la vida.

-Qué bueno... digo... porque papá esté bien. Y... es una pena lo de Edward.

-Tu papá es tan bueno... No cualquiera tiene un jefe tan amable que lo visite en el hospital. ¿Te gustaron los Quiches?

-Por supuesto. Están exquisitos.

-Qué bueno, es una receta nueva de Edward.

-Se ve que tiene talento para la cocina.

-Vaya que sí. Dime, Hija. ¿Le gustaron tus Croissants a Adrien?

-No lo sé... Tuvo que irse temprano, pero dijo que luego me llamará... ¡Ay, No! ¡Olvidé cargar mi teléfono! ¿Y si Adrien ya me llamó? ¡Creerá que no le importo, se pondrá muy triste y me olvidará para siempre! ¡Nooo!

Marinette entró en desesperación y puso su rostro sobre la mesa cubriendo su cabeza con sus brazos. La Señora Cheng se acercó a reconfortar a su hija con una palmada en la espalda.

-Tranquila, mi amor. ¿No crees que es muy temprano para que alguien llame por teléfono? Además, estoy segura de que insistirá en llamarte y tal vez comprenda que podrías estar ocupada.

-Tienes razón mamá. Iré a cargar mi teléfono unos momentos y esperaré.

La chica hizo tal como dijo y tras unos pocos minutos, Tikki recién despertaba para saludar a su amiga quien parecía estar perdida observando su teléfono, sentada en una silla frente a su escritorio con sus rodillas al pecho y sus brazos alrededor de sus piernas.

-Bonjour, Marinette... ¿Marinette?

-¿Hm?... Ah. Buenos días, Tikki.

-¿Te sientes bien?

-...

-¿Dormiste bien?

-¿Eh? Perdóname, Tikki. Es que no he podido contestarle a Adrien.

-¿Se te olvidó cargar el teléfono anoche, verdad?

La apesarada chica pelinegra bajó su rostro y Tikki flotó rápidamente cerca de ella.

-No te angusties. Estoy segura de que no eres la única a la que le pasa esto. ¡Ya se! ¿Por qué no le pides prestado su teléfono a tu mamá? Así puedes decirle a Adrien que tu teléfono se quedó sin batería.

Assassin's Creed: Miraculous [Pausado hasta Nuevo Aviso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora