Del odio nació el amor [Rivamika❤]

Mi nuevo hogar

Después de que el pequeño Levi fue rescatado por Kati Almiru de las frías calles donde días atrás se encontraba sin algún tipo de protección contra lo duro que podía ser el mundo exterior.

Una vez con el niño en su hogar, la mujer decidió que si quería adoptar a este niño seria mejor comenzar a hacer los papeleos necesarios, si bien ella rescato al pequeño niño, ella no era su madre para mantenerlo allí sin algún papel legal.

Los primeros días con el niño fueron los mas difíciles de sobrellevar el niño no solo estaba asustado de un nuevo entorno, tenia desconfianza con todos no fue asta el cuarto o quinto día que la joven mujer pudo obtener el apellido del niño azabache.

Cuando el niño tomo la suficiente confianza se decidió que saldrían a explorar mejor la ciudad, ya que la primera vez que trajo al niño aquí el joven solo se había quedado dormido a mitad de camino totalmente agotado y sin energías para siquiera moverse un paso mas.

Fueron en esos momentos que la mujer tuvo un odio tremendo de quienes hayan sido los padres de este niño, nadie tenia por que sufrir de esta manera y mucho menos un niño pequeño como lo era el que estaba en su casa actualmente.

Aveces podía escuchar los llantos del niño, es en esos días que ella lo abrazaría tratando de calmar su pequeño ser con un tono tranquilo y con palabras suaves y bonitas para un niño de su edad.

El niño también había mencionado en voz baja pero con toques de emoción que su casa era mas pequeña que la de ella, fue entonces que ella supo que desde el inicio el niño jamas vivió en las mejores condiciones, el azabache también repitió en varias ocasiones que su cuarto anterior era mucho mas pequeño que el que tiene actualmente.

Si ella quiso llorar aveces por el niño que actualmente era frágil e inseguro no lo mostró a su pequeño hijo adoptivo, otra cosa que también la destrozo fue ver los golpes y moretones que rodeaban su pequeño cuerpo infantil, ella pregunto.

-Levi ¿puedo hacerte una pregunta? -- su voz sonó mas calmada de lo que en realidad sentía por dentro, continuo su platica cuando el niño solo asintió con la cabeza levemente -- ¿Tus padres...tus padres eran malos contigo?

-Nop, ellos eran los mejores papi y mami que tuve, pero no recuerdo mucho a mami, papi dijo que ahora era feliz entre los ángeles y aunque yo no se mucho que quiso decir, ¡Si mami es feliz yo también lo soy!

Sintió un nudo en su garganta ¿cómo le explicas a un niño de tres años que su madre esta en realidad muerta?, ella simplemente no lo hizo, no seria correcto hacer sufrir a un mas al pequeño, ya había vivido mucho para su corta vida, ella no la arruinaría mas que eso, ella quería que esos momentos tristes para el niño sean remplazados por momentos felices y dejar lo felices justo donde estaban.

Ella tenia que llamar a alguien para que cuidara de Levi mientras ella trabajaba, no podía dejar al niño solo, principalmente por que solo tenia tres años de edad y a los niños de esa edad había que tenerlos bajo el cuidado de algún adulto responsable.

Sus despedidas cada día eran con un pequeño beso en la frente de niño de cabellera negra y unas cuantas instrucciones a la mujer que cuidaría se su hijo.

-Levi debe estar dormido a las ocho de la noche y no se preocupe por darle cualquier tipo de alimento, Levi no es alérgico a nada -- sonó apurada, por que de hecho, iba a llegar tarde a su trabajo.

-Entendido señorita Almiru ¡Cuidare muy bien de su hijo! -- y con un pequeño asentimiento la mujer se retiro a su trabajo.

-Listo para divertirte un rato pequeño -- mas que una pregunta sonó como una sugerencia alegre, pero el niño solo se retiro del lugar a su habitación -- ¿uh? Bueno supongo que no quieres.

Y con eso Levi paso la mayor parte de su tiempo en su habitación sin hacer nada.